𝐀𝐜𝐭𝐨 𝐈𝐈

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— 𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞

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— 𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞

Los jóvenes aparecieron en el gran salón, al frente de ellos un hombre de traje negro, seguían flotando con la diferencia que Larissa estaba unos centímetros alejada de Nicholas. Ambos inconvenientes con la presencia al quien le llaman "El Jefe" los observaba detenidamente.

Su visita se fijo en la joven Wilson y como cada vez se aprecia más a su madre y como tenía el corazón de su padre.

— Si tu madre estuviera aquí... —susurro con un tono de alerta, recordando la visita de una mujer rubia preocupada por las acciones de la familia.

— ¿Ella cumpliría todas las expectativas que da su linaje? —la mujer hablaba enfurecida y mirándolo con unos ojos marrones penetrantes— ¿las expectativas de todo un aquelarre?, no lo creo, es una niña. Es momento de cambiar de acentrales de una vez.

— No vas a cambiar nada, Adela —susurro quitando su vista de la joven.

El líder se miro al chico Davis, tenía curiosidad por el joven y por esa aura que tenía, no era de ese mundo según el, pero algo dentro de pensamiento lo comenzó a dudar, ¿el sería algo bueno o una amenaza en potencia para la unidad?, o para Larissa y muchas dudas más empezaron a surgir hacia el chico.

Poco a poco el joven comenzó a despertar, tenía la vista borrosa y no escuchaba bien, no pudo reconocer el lugar o que había pasado, sino solo se quejaba por sentirse aturdido. Al mirar arriba sus ojos captaron la imagen de la trigueña flotando inconscientemente y como su cabello cubría parte de su rostro. Ahí se percató de lo que pasaba, los recuerdos vinieron de golpe con dolor y lo único que salió de su boca en esos momentos fue...

— ¡Larissa! —grito viendo como el también flotaba y escucho la risa retumbar por las paredes del lugar.

La trigueña por el grito, comenzó abrir poco a poco sus ojos. Nicholas al verla se quedó sin palabras, ya no eran color chocolate. Sino un hermoso color aguamarina.

— ¿Nick?... —susurro y observó el lugar, haciendo que su rostro se pusiera serio al verlo a él— ¡Nicholas!

Grito la menor intentado acercarse rápido al joven, pero ambos comenzaron a descender rápidamente al suelo. Nicholas como pudo la agarró del brazo y la acerco a él, la abrazo para que no reciba el impacto contra el suelo de primera, sino que algo, o sea el amortigüe la caída.

Ambos jóvenes cayeron al piso y como no era de esperarse, se quejaron al impacto.

— Creo que me rompí una costilla —susurro Nick al oído de la menor.

— Estaras bien... lo prometo —susurro ella y se quita de encima del joven, se levanta y mira al señor del traje— Usted, ¡viejo malparido!

Enojada aún así, ayudó a Nicholas levantarse y le acomodo su abrigo. El hombre de tez pálida comenzó acercase a los jóvenes, mientras Nicholas lo observaba se puso adelante de Larissa a analizarlo. Ella vio a su amigo confundida, no necesitaba que la protegieran de él, ella sabía que enojada era más peligrosa que el gran jefe.

— Hola, mis queridos niños —saludo con un tono sarcástico y con una sonrisa sinica— Tanto tiempo sin vernos.

Nicholas se quedó perplejo, el hombre era muy alto y se notaba que en traje había manchas de sangre y tenía una apariencia importante, que solo pensaba que iba a ser su último día.

— ¿Quién es usted? —pregunto el joven Davis, intimidado por la apariencia del mayor— No lo conocemos... no sé acerque más.

— Claro que me conocen, Nicholas.

Larissa miro al hombre apretando sus puños, aguantando no partirle la cara por hablar con él.

— ¿Que? —dijo el joven confundido.

Al tener al hombre del traje cerca, Larissa sin utilizar tanta fuerza agarró el brazo de Nicholas y lo corrió del frente de ella y al dar un paso al frente impulsándose le dio un puñetazo al hombre, en la nariz.

— Por perro —dijo entre dientes la joven.

El hombre dio un paso atrás y limpio la sangre que goteaba de su nariz.

— ¡De nada, Wilson! —grito el hombre molesto.

— ¿¡Yo agradecerte a tí!? —dijo con ironía y le pegó otro puñetazo al hombro— ¿¡Tú sabes lo difícil que fue salir de aquí!?, ¡Trajiste a Nicholas acá!

— Ya para, niña boba. Ya deja de hacer escándalos por tu novio —el hombre tocó con cuidado nariz y un aura de color blanco comenzó a currar su nariz rota.

— ¡No es mi novio!, ¡Es un niño! —grito desesperada— Se lo que hiciste...

Nicholas miraba perplejo por la situación, pero con la reacción de Larissa y el hombre, fue suficiente para conectar los puntos, el fue el quien le dió el mensaje esa noche.

— Usted fue el quien casi me mata esa noche —dijo el joven recordando el momento traumático.

— Sí, fue el. ¿Qué tienes en la cabeza?, ¿Qué mierda tienes? —empujo al hombre aguantando las ganas de llorar— ¿Como un niño puede ayudar a otro a salir de este problema tan grande?, estoy perdida, ¿No lo ves Nick?

Hablo la chica girando su cabeza a Davis, el chico noto la impotencia de Larissa en sus ojos color chocolate.

— No me importa quién sea, pero no es justo que teniendo tanto poder no pueda ayudarla —miro al hombre— No sé porque me llamó a mí, yo no puedo hacer nada por Issa...

— ¿Ves?... —susurro alejándose de los dos hombres— Tú maldito juego salió mal...

Después de decir eso, Larissa caminó hacia la salida del gran salón con pasos apresurados. Nicholas la iba a seguir, pero fue detenido por aquel hombre.

Lo agarro del brazo y hablo con seriedad.

— No es ningún maldito juego, tú eres el único indicado en ayudarla —hablo el mientras el joven intentaba apartar se— Te lo puedo demostrar y explicar, yo digo la verdad... yo si quiero ayudarla.

Nicholas comenzó a dudar de las palabras del hombre, pero quería saber más de lo que había pasado con ella, porque el de verdad estaba ahí y como podrían salir de este problema.

— Está bien.

𝗟𝗮𝗿𝗶𝘀𝘀𝗮 ʷⁱˡˢᵒⁿ

Al salir del gran salón corrí por los pasillo para salir del lugar, era un laberinto; me sentía atrapada en las blancas paredes, hasta que comencé a escuchar.

"¿Enserio creíste que podías escapar de esto?"

— ¿Qué? —susurre con voz temblorosa— No... no otra vez.

"Solo es una niña tonta que no se puede salvar así misma"

— ¡Cállense! —replique enojada y comencé a correr otra vez por los pasillos mientas seguían las voces.

"Si tu madre estuviera aquí, estaría decepcionada de una hija tan débil"

Escuchaba risas y mi respiración se entrecortaba, mi vista se nublaba mientras intentaba escapar. Mis piernas comenzaron a temblar que a los pocos minutos me caí al suelo, el malestar que sentía en el pecho ya no me dejaba respirar y no podía moverme, comencé a romper me poco a poco.

— ¿Larissa?

Era Jason.



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⏰ Última actualización: Jul 27 ⏰

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𝐋𝐚𝐫𝐢𝐬𝐬𝐚 ᵇʸ ᵃˣᵉˡᵉᵗᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora