𝑭𝒖𝒍𝒍

122 17 31
                                    

En un lugar recóndito y lúgubre permanezco; una habitación pequeña con un ventanal enorme que da hacia afuera. Aquella mancha en el cielo hace que el sol se tape y apenas puedo ver. El ambiente es pesado, casi infernal. No tengo idea de cómo llegué hasta aquí, es más, no recuerdo ni mi nombre.

¿Qué soy? ¿Quién soy?

A pesar de mis intentos, mi memoria parece borrada y pulverizada. Me siento cansado, pero no encuentro la manera de descansar.

Sinfín de veces he intentado salir por la puerta, pero ésta está bloqueada con candados y cadenas enormes. Llevo atrapado aquí un tiempo indefinido. El pecho me duele; mi interior se quema cada día y no puedo detenerlo.

En ocasiones se pueden escuchar gritos a lo lejos. No sé quién es. Son súplicas y ruegos: "detente", "me duele", "no sigas". Tal vez alguien está siendo lastimado y yo me quedo aquí, sin poder hacer nada. Me siento tan inútil e impotente.

Un nombre ha sido mencionado en ocasiones: Shadow. No le conozco, pero su sola mención me produce nostalgia, dolor, ira y resentimiento. ¿Quién es el dueño de ese bello y audaz nombre? ¿Es acaso quien me mantiene aquí?

La incertidumbre no se va. Estoy en mi propio abismo. No puedo contar las horas, tampoco puedo ver si los días han pasado. Conozco el lugar de pies a cabeza, pero a su vez no sé dónde estoy parado.

Unos pesados grilletes me lastiman las muñecas. Soy un animal encerrado. Mi voz no suena; no se puede oír eco alguno, tampoco un murmullo.

Por favor, alguien quíteme este dolor tan infernal que va carcomiendo mi ser, mi alma y mi esencia. No puedo. Ya no puedo soportarlo.

Tan sólo deseaba un abrazo, tu amor, tu calor, ¿era mucho pedir? Pero para empezar, ¿a quién le digo esto? Estoy loco. Mi dominio de la cordura se redujo a un veinte por ciento.

Desde aquel día todo se fue cuesta abajo. ¿Eh? ¿Qué día? Quizás en el fondo de mi mente sé bien la respuesta pero me he negado a verlo.

El mal presagio.

Una condena que debía ser pagada por culpa de un error… Se nos dio todo, pero a la vez nada. ¿Acaso él va a pagar con su sangre, dolor y lágrimas como hice yo?

Fue así, una y otra vez. Sin conocer mi propósito, sin conocer nada más que esa tan pequeña prisión con vista a lo que me condenaba.

Hasta que por fin la mancha en el cielo consumió al sol por completo. Se extendió tanto, llegando a cada rincón.

Claro, recuerdo bien ese acontecimiento. Pude sentir la paz que tanto deseaba. Ese gozo, la plenitud de saber que iba a ser libre.

El eclipse me consumió y por fin, luego de tanto, dejé de respirar.

☆꧁༒Intersticio༒꧂☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora