2

1 0 0
                                    


Hace más de 100 años.

Desperté gracias a esa voz en mi cabeza.

¿Quién osaba a interrumpir mi dulce sueño?

Me levanté con pesadez de mi cama y miré hacia la ventana, viendo como la luz de la luna ilumina todo a su paso y refleja la tranquilidad de la noche.

De la fresca noche en estos tiempos algo calurosos.

Fruncí el seño al sentir algo diferente en mí, como si algo estuviese dentro de mí.

Toqué mi cuerpo con rapidez, pero mis manos parecían haber perdido el tacto, ahora mismo es como si tocase el aire.

Retrocedí un poco, pero mi cuerpo dejó de responder ante mí, ahora mismo solo veía el panorama.

Pero poco a poco la oscuridad comenzó a apoderarse de mí, haciendo que pierda también el control de mi mente.

El control de todo.

El dolor comenzó a invadirme de pronto, haciéndome sentir como si me hubiese dado un golpe fuerte en éste poco tiempo que llevo dormido.

O al menos así se siente.

Como si hubiese estado cinco minutos fuera de éste mundo.

Al despertar del todo sentí un bulto debajo de mí y al bajar mi mano a lo que sería el suelo, un rostro se posó debajo de mi mano, lo que me hizo sobresaltarme y con miedo, girar mi rostro para ver cientos de cuerpos.

Cuerpos alrededor de mí y debajo.

Inmediatamente me incorporé, pisando con mis pies descalzos la sangre que emana de aquel señor con mirada asustada.

Mirada aterrada.

Miré mis manos y solo veía la sangre en ellas, lo que me hizo entrar en pánico.

El miedo comenzó a apoderarse cada vez más de mí al pensar en mi padre y en lo que él haría si me viese de ésta forma.

Al alzar la vista pude ver la enorme cruz de ésta iglesia, lo que me hizo arrodillarme, soltando lágrimas sin parar.

Tan solo soy un chico de 14 años.

¿Por qué la maldad me rodea?

Y como si el destino me odiase, la puerta de aquella iglesia ensangrentada se abrió de par en par, dejándome ver a mi padre, con una mirada de sorpresa y decepción.

Lo que me hizo temer por mi vida.

ACTUALIDAD.

Abrí mis ojos de par en par, lo que me hizo golpearme con una estantería cerca, de la cual se cayó una esfera que contenía un ave fénix en ella.

Con algo de tristeza tomé aquella figura, teniendo el rostro de April en mi mente, lo que me hizo sentir algo en mi pecho.

En mi corazón.

El cual palpita rápidamente.

Por mi maldición perdí a la chica que amo y ahora mismo, no podré recuperarla.

Ella seguirá con el pensamiento de mi muerte y sé que, si me vuelve a ver, se decepcionará o incluso sufrirá aún más.

Comencé a sentir una picazón extraña en mis ojos, lo que me hizo levantarme de éste frío suelo.

Caminé hacia el baño viejo que se encontraba en peor estado de lo que me encuentro ahora mismo yo.

Quien diría que... pasaría de tantos lujos a esto.

Me miré en el espejo que se encuentra algo sucio y me miré en él, notando mis ojos completamente negros, lo que me hizo retroceder, negando con mi cabeza repetidas veces.

Golpeé con furia aquel espejo, rompiéndolo en mil pedazos, lo que me hizo cortarme mis nudillos con éste, pero aquella herida se regenera, pero mi sangre sigue en este lugar, por lo que debo huir de nuevo.

Salí corriendo.

Son altas horas de la noche, por lo que la oscuridad no me deja ver del todo bien, pero algo extraño sucede con mi cuerpo.

Éste comienza a moverse por sí solo, como si alguien me estuviese controlando de nuevo.

Pero ahora mismo, pareciera comenzar mi fase destructora.

Mi cuerpo comenzó a sentirse como si fuese una pluma de nuevo, una pluma yendo en alguna dirección en contra de mi voluntad.

Las enormes y coloridas letras de un bar cercano me hicieron pensar lo peor.

No de nuevo...

Y ahora, como si aquella entidad me quisiera hacer sufrir más, me hizo entrar, teniendo las miradas de la gente en mí.

Sé que ellas pensarán que solo soy un chico drogadicto que busca diversión y algo de alcohol, además de sustancias malignas.

De mí comenzó a salir un aura plateado con tonalidades negras, lo que hizo que la gente comenzara a retroceder al yo estar en medio de la pista, teniendo la música a todo volumen.

Y lo que no podría faltar son los gritos desesperados de la gente, pero eso solo alimenta al ser dentro de mí, el cual se vuelve loco ante el miedo de la gente y sin más, mi aura sale disparada como en aquella bodega, lo que me hace gritar fuertemente, sintiendo tanto poder destructor en mí.

Los cuerpos de la gente comienzan a caer tras recibir mi aura, teniendo la mirada vacía en ellos y con el tormento de siempre.

Poco a poco sentí una liberación dentro de mí, lo que me hizo abrir mi boca y ver como un humo comienza a salir.

"He regresado, querido Alex."

"El apocalipsis estará más cerca de lo que pensaba..."

Y sin más, mi cuerpo se convirtió en ceniza total.

Ceniza cristalizada.

Lo que me hizo volar por los aires, siendo cenizas de cristal.




****

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 09 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

AURA: CENIZAS DE CRISTAL III [SAGA AURA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora