Lunes...
Hoy empieza mi tortura como la chica nueva en un nuevo instituto lleno de niños mimados, si bien es cierto que en Tailandia no era muy diferente al menos tenía a mis amigos conmigo.
-¿Minnie podemos hablar un momento antes de que se vayan?-Vi a papá por el reflejo del espejo y asentí-Sé que no te gusta la idea de ir a un nuevo instituto pero al menos podrías intentar, probablemente extrañes a tus amigos pero tienes a tu hermana y sé que Miyeon no es un reemplazo de ellos, pero no estarás sola.
-Papá se supone que quien debería estar nerviosa soy yo, no tú-El sonrió a modo de disculpa-No me siento cómoda con tener que ser la chica nueva es cierto, pero no es algo que pueda cambiar de cualquier manera.
-Es bueno ver qué piensas así-Se acercó a mí y me sonrió antes de volver a su estado de seriedad-Espero que no causes problemas Nicha, por favor no le des dolores de cabeza a tus profesores.
-Prometo no causar problemas hoy-El alzó una de sus cejas y yo bufé-Bien prometo no causar problemas en general-El asintió pareciendo estar conforme.
-Asegúrate de que tu hermana esté lista y por favor acomoda tu corbata-Dejó un beso de despedida en mi frente antes de volver a salir, yo fijé mi atención nuevamente en la corbata aún sin anudar y resoplé con fastidio al saber que no podría hacerlo por mí cuenta, nunca entendería el porqué utilizar esta cosa era tan importante.
Dándome por vencida la solté y salí de mi habitación caminando directamente a la de Miyeon golpeando la puerta y esperando a que me abriera.
-Puedes entrar Minnie, está abierto-Tome la manija y abrí la puerta esperando a ver a Miyeon sentada frente a su tocador maquillándose pero en lugar de eso vi las puertas del armario abiertas y supuse que estaría allí, caminé hacia allí y la vi cruzada de brazos mientras observaba la ropa con detenimiento.
-¿Por qué estás en ropa interior?-Me detuve detrás de ella mirando la ropa por sobre su hombro.
-No escuché mi alarma-Yo reí y ella se giró quedando ambas frente a frente-¿Qué es tan gracioso?.
-Nada, nada, solo venía a pedirte ayuda con esta cosa-Tomé la corbata en mi mano-Pero al parecer quien necesita ayuda para vestirse eres tú-Volví a reír causando un bufido de su parte.
-Si solamente vas a burlarte y molestar te puedes ir, no tengo tiempo para esto.
-¿Por qué estás tan de mal humor?-Me senté en la orilla de su cama recorriendo de forma rápida su cuerpo semidesnudo mientras me inclinaba hacia atrás sosteniendo mi peso en mis manos apoyadas en el colchón.
-¿Además de lo obvio?, no me gusta llegar tarde-Volvió su atención a la ropa dándome la espalda.
-Aún faltan unos cuarenta minutos, tienes tiempo de sobra.
-Pero no es el tiempo suficiente para verme perfecta-Se quejó y yo sonreí de forma irónica.
-Ambas sabemos que independientemente de lo que uses te verás perfecta-Me puse de pie acercándome a la puerta-Iré a buscar el desayuno-Ella se giró a verme con una sonrisa en sus labios.
-¿Vas a traerme el desayuno a la cama?-Alzó una de sus cejas de forma interrogante.
-Ya no estás en la cama, así que técnicamente no-Me encogí de hombros restandole importancia.
-¿Te costaba mucho decir que sí?-Frunció el ceño con disgusto.
Yo solo reí y salí de la habitación rodeada del silencio que inundaba todo el segundo piso, al bajar las escaleras empecé a escuchar el sonido de pasos yendo de aquí para allá además de algunas voces en la cocina, entré a esta y sonreí al ver a Serim. Ella estaba con su uniforme sentada en la isla de la cocina mientras comía unos pequeños pedazos de fruta.
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Prohibido|Mimin
FanfictionExistiendo tantas personas atractivas e interesantes en el mundo, absolutamente nadie se compara con esas que son prohibidas, porque de lo prohibido nace el deseo. Así como Eva comió del fruto prohibido, así como Paris se enamoró de Helena, así como...