La fórmula casi estaba lista, Senku vertía con precisión el contenido de un frasco de vidrio en otro. La mezcla provocó una reacción instantánea, cambiando el color del cilindro mientras una nube de humo se elevaba a su alrededor.
"Ahora solo falta colocarla en la máquina y podremos verificar si funciona", declaró Senku, preparándose para transferir la sustancia al dispositivo. Pero justo en ese momento, la entrada del aula se abrió de golpe, interrumpiendo sus planes.
"Senku", pronunció alguien, su voz resonando en la habitación.
La repentina llegada hizo que Senku perdiera el control del frasco, y este cayó al suelo con un estruendo. Maldiciendo para sus adentros, observó cómo la luz comenzaba a brotar del líquido derramado.
"¡No te quedes ahí, Taiju, y salgamos!", gritó Senku, tomando a su amigo del brazo con determinación.
Taiju, confundido y sin comprender la situación, siguió la mirada de Senku hacia el líquido brillante en el suelo. No necesitaba ser un genio para darse cuenta de que eso era peligroso.
Sin perder un segundo, Taiju levantó a Senku como si fuera un saco de papas y comenzó a correr lo más rápido que sus piernas le permitieron.
Lograron escapar hasta el primer piso justo a tiempo para escuchar una explosión atronadora que sacudió todo el edificio.
"¿Qué fue eso, Senku?", preguntó Taiju, aún respirando agitadamente por la adrenalina del momento.
"Un supercombustible que estoy creando", respondió Senku, con una calma que contrastaba con la situación. "Parece que todavía es demasiado inestable. Tendré que hacer algunos ajustes a la fórmula antes de intentarlo de nuevo".
"¿Sabes que casi nos mata, verdad?", cuestionó Taiju, con un dejo de reproche en su voz.
Senku sonrió ante las palabras de su amigo. "Podría haberlo hecho, pero no lo hice", respondió enigmáticamente. "Ahora, ¿podrías bajarme? Quiero sentir mis pies en el suelo de nuevo".
Taiju asintió con seriedad mientras bajaba a Senku al suelo. No pasó mucho tiempo antes de que el estruendo atrajera a todos los presentes en la escuela.
"Senku, creo que esto no va a terminar bien", murmuró Taiju, con preocupación evidente en su voz.
"Y que lo digas", respondió Senku, observando cómo varios profesores se acercaban hacia ellos con expresiones que denotaban clara consternación.
Minutos más tarde, Senku se encontraba en la oficina del director, con una expresión imperturbable en su rostro mientras se rascaba distraídamente la oreja.
"Ishigami-san, ¿sabe lo que acaba de provocar en la escuela, verdad?", inquirió el director, su tono denotando una mezcla de incredulidad y furia contenida.
Senku miró al director con calma, sin mostrar signos de arrepentimiento. "El salón de química explotó", afirmó con tranquilidad.
Al ver la aparente serenidad de Senku, el director no pudo contener su indignación. "No solo explotó el salón de química. ¡Todo el segundo piso quedó reducido a puros escombros!", exclamó, exasperado. "¿Qué diablos estabas haciendo en el salón de química para haber provocado todo este desastre?"
"Solo estaba probando un nuevo combustible, eso es todo", explicó Senku con una calma que contrastaba con la angustia del director.
El director no pudo contener las lágrimas ante lo que percibía como una falta de conciencia por parte de su brillante alumno.
"Si eso es todo, puedo irme ahora", dijo Senku, levantándose de su asiento con despreocupación.
"Pero espera", detuvo el director. "Aunque normalmente esto sería más que suficiente para tu expulsión, sabes tan bien como yo que no puedo darme el lujo de perder al alumno más sobresaliente de nuestra institución".
ESTÁS LEYENDO
Quintillizas de la Ciencia: El Plan de Senku.
FanfictionEn un accidente, Senku y sus amigos conocen a cinco hermanas aparentemente poco inteligentes. Sin embargo, Senku descubre que tienen un potencial oculto. Con su pasión por la ciencia, las ayuda a desarrollarse y descubrir su inteligencia. Juntos, ex...