The Babysitter [Meanie || Minwon]

Wonwoo

Brillante y temprano no es mi fuerte. Especialmente no cuando los autobuses no empiezan a funcionar hasta dentro de una hora. Contratar un viaje compartido a esta hora olvidada es muy caro, pero es la única opción que tengo para cruzar la ciudad a tiempo.

Afortunadamente, recibí un anticipo del contrato, así que tal vez pueda conseguir que alguien revise mi auto pronto. Solo espero que no cueste demasiado.

Después de agradecer a mi conductor, salgo del vehículo a trompicones y me dirijo a la acera cercana. El letrero de Glass Bay Apartments marca el camino de entrada al estacionamiento.

Estoy gratamente sorprendido de lo bonito que se ve el lugar. Recuerdo cómo era este lugar hace unos años. Los apartamentos habían sido asequibles, pero los edificios parecían estar al borde del colapso.

Los nuevos propietarios realmente han limpiado el lugar.

Echando un vistazo a la nota garabateada apresuradamente en el dorso de mi mano, memorizo el número del apartamento. Los edificios están distribuidos de una manera bastante lógica, por lo que no es difícil orientarse.

En solo unos minutos, llamo a la puerta principal de mi nuevo empleador. Hay una roca familiar de anticipación en mi estómago, y soy un manojo de nervios, medio esperando que me digan que ya no me necesitan tan pronto como se abra la puerta. Ese es el tipo de semana que he tenido.

Mi nuevo jefe abre la puerta principal y me echa un vistazo rápido.

—Tú debes ser Wonwoo.

Me quedo en un mudo silencio mientras lo miro. Parece que salió de las páginas de un catálogo de ropa masculina. No hay un pelo fuera de lugar, y tiene una sonrisa que hace que se me curven los dedos de los pies mientras trato de no babear sobre él. Sus hermosos ojos verdes me atraviesan y me hacen sentir como si pudiera ver cada pensamiento en mi cabeza.

—Umm ... ummm ... sí, sí. Ese soy yo.— Finalmente recuerdo mis modales y le ofrezco una mano. —Soy el niñero que contrataste.

—Genial. Soy Mingyu.— Me da la mano y luego da un paso atrás y me hace un gesto para que entre. —Chan todavía está en la cama. La mayoría de las veces lo dejo levantarse cuando le da la gana.

Frunzo los labios mientras miro alrededor del interior del apartamento. Es muy elegante, y todos los muebles son caros y ... ¿planeados? No creo que esa sea la palabra correcta para describir cómo se siente, pero es lo mejor que se me ocurre. Todo el apartamento parece diseñado y realmente no se siente como un hogar, mucho menos como un lugar donde vive un niño.

Al menos, no un niño feliz.

—Por favor sientete como en casa.— Mingyu se dirige a la cocina donde una cafetera se filtra sobre la encimera. —¿Café?

—No, estoy bien, gracias.— Me quito el abrigo y empiezo a dar vueltas lentamente por la sala de estar. No hay toques personales en la habitación. No hay fotos de familia ni premios ni nada de lo que esperaría encontrar.

—Me alegro de que hayas podido llegar tan temprano—. Mingyu se sirve una taza y se apoya en el mostrador para mirarme. —Me temo que mi trabajo exige horas tempranas.

—Está bien—, le aseguro. —No me importa madrugar. Estaré aquí cuando me necesites.

Puedo sentirlo mirándome con curiosidad, pero no hago contacto visual. No puedo permitirme preocuparme por lo que está pensando en este momento. Tengo que prepararme para lo que está por venir.

Normalmente, puedo tener una buena idea acerca de una familia y los niños que cuidaré con solo caminar por la casa. Pero este lugar se siente increíblemente desarticulado. Es un piso de soltero, de verdad. El piso de soltero de un alfa con una carrera realmente buena y mucha movilidad ascendente. El tipo de chico que ni siquiera ha considerado establecerse todavía. Se preocupa por su apariencia y su entorno, pero no es tan vanidoso como para enlucir las paredes con su rostro y sus logros.