𝐵𝒶𝒿𝑜 𝓁𝒶𝓈 𝒻𝒶𝓇𝑜𝓁𝒶𝓈

𝑩𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂𝒔 𝒇𝒂𝒓𝒐𝒍𝒂𝒔

Era más de medianoche, hacía mucho tiempo que estaba oscuro afuera, ni un atisbo de gente caminando por las calles o conduciendo y el auto de Isagi estaba estacionado frente al edificio de Reo, la pareja se enredó en un beso acalorado adentro, agarrándose de la ropa del otro, los sonidos húmedos de los besos fuertes y obscenos en el silencio de la noche, en el espacio reducido del coche.

"¿Estás seguro de que quieres hacer esto?" Isagi jadeó entre besos por tercera vez.

Reo se agachó y enroscó sus manos alrededor del borde del cinturón de Isagi. Una mano cálida empujó debajo de la camisa de Isagi y se burló de la piel desnuda de su estómago, sus hábiles dedos jugaron con el borde de su cintura. Metió los dedos debajo de los vaqueros de Isagi, metiendo su polla a través de los calzoncillos. Isagi se estremeció, sus caderas se contrajeron en la mano de Reo, sus ojos se cerraron involuntariamente.

La excitación que sentía por su propia culpa era embriagadora.

Estaba a punto de tener relaciones sexuales con la ex de Nagi aquí mismo. Sabía que Reo había estado bebiendo y planeaba aprovecharlo al máximo.

¿Qué diría Kurigami?

Isagi nunca iba a decir que no a esto. En el momento en que Reo decidió enviar a sus propios amigos a irse sin él y se sentó junto a Isagi, borracho y hablador y hambriento de afecto e hizo que Isagi se olvidara de Kira y de cualquier otra persona que estuviera allí, ni siquiera se despidió de ellos cuando se fue con un chico que apenas conocía.

Le habría gustado pensar que solo estaba cuidando al amigo de sus amigos, y podría haberse convencido a sí mismo hasta que el coche se detuvo y Reo no se movió para abrir la puerta. Solo lo miraba, con la cara enrojecida, pidiéndole algo sin palabras.

El mismo Reo que en ese momento lo acariciaba a través de su ropa interior.

—¿Seguro que no te sientes mal?

"Mhm."

"¿No vas a vomitar encima de mí?"

Reo puso los ojos en blanco.

"Estoy bien".

Isagi presionó dos dedos contra su boca, acariciando sus labios brillantes e hinchados.

"Demuéstralo".

Reo sacó su mano de los pantalones de Isagi y obedientemente succionó los dedos en su boca caliente. Isagi estaba metiendo sus dedos más y más, rozando la parte posterior de la garganta de Reo, hasta que hizo un pequeño ruido patético y se atragantó. Dejó que Reo básicamente le hiciera una mamada en la mano antes de que Isagi no pudiera soportarlo más y se bajó las nalgas, lo suficiente para que su polla se liberara, dolorosamente dura, goteando directamente sobre su mano.

Reo se apartó el pelo de la cara antes de llevarse la polla a la boca, bromeando con lamidas de gatito, pintándose los labios con el líquido preseminal. Deslizaba la mano hacia arriba y hacia abajo lentamente, masturbándola contra su propia cara. Cuando Isagi bajó la mirada, impaciente mientras la punta de su polla palpitaba contra esa cara bonita, Reo sonrió y le guiñó un ojo. El corazón de Isagi latía más rápido ante el desafío de borrar la confianza de su rostro. Quería empujar la cabeza hacia abajo, pero primero necesitaba verlo bajar la cabeza y tragarse todo su cuerpo por sí mismo.

—Tira de mi pelo —ordenó Reo—. Isagi encontró un poco adorable el impulso de confianza que Reo obtuvo al lograr burlarse de él.

La primera lamida ya había incendiado todos los nervios del cuerpo de Isagi y su boca se abrió con un jadeo cuando Reo finalmente succionó toda su longitud.