La humanidad... esa preciosa especie creación maestra de mi padre; a la cual estaba encargado de cuidar. Siempre fui un ángel curioso, sabía que mi deber no era más que el de ser un vigilante, un guardián al que se le asignaba alguien a su cargo, debía obedecer sin cuestionar y siempre estar al cuidado de la humanidad.
Esto no suponía un problema para mí, me gustaba mi trabajo, velar los sueños de un pequeño niño que rezaba con fe todas las noches, proteger a los jóvenes a los cuales sus madres me encomendaban a mí y a mis hermanos por medio de plegarias llenas de gran devoción. Pero sobre todo cuidar a las jóvenes parejas, amantes que se encontraban en las tardes. Velaba por ellos hasta el momento en que se despedían. Algo que admiraba de aquellos seres era la forma de amar, el sentimiento tan puro que expresaban, las sonrisas cálidas que no desaparecían, las miradas que transmitían una paz que parecía extenderse por todo su cuerpo y que llegaban directamente al alma.
Yo soy un ángel, no podía tener sentimientos como la envidia, el rencor... pero lamento profundamente tampoco sentir el amor. Se que amo a mi padre y a la humanidad, pero no por decisión propia, a veces me preguntaba si es que el cielo solo me había creado específicamente para amar a los humanos, desde que tenía uso de razón (la cual tengo hace siglos) me he dedicado solo a resguardarlos, no recuerdo más. El libre albedrío no es algo que tenga permitido, soy un ángel, no necesito nada de eso o al menos es lo que me repetía una y mil veces... no significa que no tuviera la curiosidad por saber que se sentiría amar a alguien como lo hacían las parejas humanas.
Esos cuestionamientos podrían traerme problemas, así que trate de disiparlos, no eran más que pensamientos sin sentido que solo me distraerían de mis verdaderas obligaciones.
Ahora me encuentro vigilando a una joven pareja mientras cumplo la labor que se me había asignado; que era cuidar a una mujer hermosa de cabellos rubios y ojos azules, piel de porcelana y voz amable; la cual estaba con su pareja un hombre alto, piel bronceada y ojos cafés; ambos muy felices cabe destacar mientras bebían un café caliente perfecto para los humanos sobre todo en un día tan frio como este. El otoño pronto acabaría y daría paso al invierno. Miraba concentrado a la pareja hasta que algo llamo mi atención. Un hombre que entraba a la cafetería, realmente no entendía esa aura tan magnética que me atraía y me impedía alejar la mirada de él, no podía ver su rostro, desde donde me encontraba el me daba la espalda. Aun así, no dejaba de mirarlo, tenía una vibra que podría definir como embelesante... y que el cielo me perdone, pero hasta podría incluir la palabra tentador en la descripción. El hombre recibió su pedido y estaba por salir, pero en un instante se detuvo y pueden llamarme loco, pero juro que el hombre me volteo a ver directamente, cosa que es imposible los humanos no pueden ver a los ángeles si nosotros no lo permitimos. Pero el hombre no despegaba la vista de mí. Nos míranos unos instantes y después de un rato pude apreciar como inclinaba la cabeza ligeramente hacia un lado y alzaba la ceja, una sonrisa burlona se abrió paso en ese rostro masculino cubierto de pecas al que ahora puedo calificar como hermoso. Parecía divertirle mi mirada sorprendida que asemejaba aun niño al que han sorprendido tratando de tomar un dulce cuando le han dicho que no.
Agite la cabeza rápidamente como si con eso disipara los pensamientos tan extraños de mi mente. Y como si hubiera salido de un embrujo recordé que estaba en una tarea de vigilancia. Mire a la pareja que seguía en su mundo dispuesto a concentrarme, aunque eso no duro mucho porque mi vista regreso a donde el rubio estaba solo para encontrar el lugar ya vacío. Un sentimiento de decepción me invadió quizás debía alegrarme que al menos ya no habría quien me distrajera, pero aun así tenía dudas sobre él y si en realidad me veía a mi o solo fue una ilusión mía. Un suspiro salió de mis labios, hasta que sentí una mano cálida en mi hombro y rápidamente me gire pensando que era uno de mis hermanos, pero me equivoque, no se trataba de un ángel... él estaba ahí...
-Entonces ángel -Dio un sorbo a su café y me miro sonriendo- ¿Qué te trae por aquí?, ¿trabajo? o ¿solo disfrutas del buen café y espiar a las personas?
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Erase una vez... un ángel y un caballero del infierno
FanficHabía visto con mis propios ojos como encerraban a aquellos ángeles que habían pecado contra el cielo al enamorarse de un humano, y mas aun a concebir a las criaturas que ahora llamaban nefilims. Pero ciertamente jamás me imagine que ahora yo... ser...