𝖼𝗎𝖺𝗍𝗋𝗈.

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—Las cosas que has hecho estos últimos días... cómo si fueras un artista independiente con cero responsabilidades... honestamente, Sunghoon, me decepcionas cada vez más.

Sunghoon no hizo más que ver a su jefe con desinterés.

Decir que había desatado un huracán era realmente poco. Toda la atención del público estaba puesta en él, en su hijo, y en la gran probabilidad de que el gran ídolo de k-pop resultara ser... gay.

Lo único que debías hacer era negarlo, ¡es lo único que te pedimos!— soltó un golpe contra el escritorio—¡Y ahora todo el mundo está dejando de seguirte! ¡Acabaste con tu propia carrera!

Park quería decir que lamentaba eso, ¿pero era realmente así? Porque honestamente sentía cómo si finalmente era libre, aunque realmente no lo fuera y aún siguiera bajo el poder de Belift.

—Nooo, entonces supongo que merezco un castigo, ¿no?— mencionó con sarcasmo —¿Qué tal un hiatus? Necesito tiempo para reflexionar profundamente en lo que hice mal.— asintió lentamente estando de acuerdo consigo mismo.

El ceo apretó aún más su mandíbula y luego de unos segundos apartó la mirada, posteriormente soltó un suspiro. —Lo vas a pagar. Vas a colaborar con Yunjin para su single navideño, y agradece que lo harás porque ahora nadie quiere tener algo que ver contigo.

Sunghoon soltó una risa —¿Más trabajo para mí?

—Sí.— sentenció —Más trabajo y, comenzarán a salir para desviar la atención a algo más y demostrar que no eres gay, o lo que sea que esos rumores digan de tí.

—Tengo veintiocho años, no creas que te aprovecharás de mí-

—¿Aprovecharme... de tí?— preguntó —¿Debo recordarte que fui yo quién te sacó de la miseria? ¿Quieres que te recuerde cómo fui el único que creyó en tí cuándo eras un don nadie?

Ante esto Sunghoon se mantuvo callado. Odiaba admitirlo, pero había sido así. Por más que odiara su propia empresa, tenía que aceptar que le debía mucho al hombre frente a él. Especialmente porque fue su único brillo de esperanza cuándo las cosas con Jungwon, sus padres y su vida se fueron a la mierda.

Es por eso que no se sorprendió para nada cuándo encontró a Yunjin en su estudio, cuándo salió de la oficina sin decir una sola palabra y fue directamente a su lugar de trabajo. El problema era que Tae también estaba ahí, por lo que la chica tuvo que haber pasado tiempo junto a su hijo antes de que el llegara.

—Hola, Yunjin.— saludó educadamente.

La cantante sonrió en grande y se levantó de su asiento para caminar y detenerse justo frente a él, para posteriormente abrazarlo por sobre sus hombros dejándolo congelado en su lugar.

Vaya, cuánto odió que hiciera eso.

—Podemos comenzar a grabar ahora, si es que tu voz está en un buen momento. Pero me gustaría que habláramos un poco antes.... ya sabes, por lo del acuerdo entre nuestras empresas.— propuso ella una vez se había vuelto a sentar.

El peligris rascó incómodamente la parte trasera de su cabeza y soltó un sonido afirmativo hacia la chica. Llegó al lado de Tae, quién se había mantenido callado todo ese tiempo. El niño le vió con grandes ojos curiosos.

—Taesan... necesito que vayas con Heeseung unos minutos, ¿de acuerdo? Te lo presenté el otro día.

El pequeño asintió y posteriormente salieron del estudio tomados de la mano. Caminaron entre los pasillos hasta que el mayor detuvo sus pasos frente a la puerta del estudio de Heeseung. Tocó un par de veces y posteriormente un sonriente Lee apareció frente a ellos.

𝗆𝗒 𝗌𝗈𝗇? ★﹙𝘀𝗵𝘄﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora