𝖽𝗈𝗌.

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Si las miradas mataran, Taesan estaba seguro de que tanto él cómo su padre estarían ya veinte metros bajo tierra.

Jungwon paseaba su mirada lentamente del uno al otro, casi metódicamente. Sunghoon también le miraba molesto, de todas maneras tenía muchas razones para estarlo.

—Gracias por cuidar a Tae— agradeció —Taesan, toma tus cosas y vámonos.

Sunghoon soltó una risa —¿Adónde crees que vas? Tenemos una conversación pendiente.

—¿Puedes esperar, no? Después de todo eres un experto en posponer conversaciones.

—¿Por qué hablas cómo si todo esto fuera culpa mía?

—Problemas...— canturreó Taesan con incomodidad.

Jungwon suspiró —Bien, hablaremos. Tae, amor, ve a cambiarte ¿sí?, traje ropa para tí— la pasó el bolso que llevaba consigo y el menor desapareció corriendo por los pasillos del hogar.

Sunghoon los guió al comedor el cuál estaba en una habitación diferente al de la sala y la cocina. Era una mesa grande y redonda, no contaba con sillas, sino con un sólo asiento acolchonado el cuál rodeaba el esférico.

Tan moderno... pensó Jungwon con molestia.

Mantuvieron una distancia prudente entre ellos. La tensión era muy notable. Llevaban muchos años sin verse y lo primero que hablarían al reencontrarse era sobre su hijo, el cuál Sunghoon no llevaba conociendo ni 24 horas.

—Su nombres es Taesan, acaba de cumplir nueve años recientemente el nueve de diciembre. Es zurdo, ama dibujar, bailar, jugar fútbol, béisbol, boliche, basketball, su ídolo es Michael Jackson y su jugador favorito es Neymar. Le gustan los patos. Su comida favorita es el sushi, también le gustan los taiyaki y odia el choco menta. Va en cuarto grado, es el mejor de su clase aunque no le guste estudiar ni hacer tareas. Le teme a la oscuridad pero ama las películas de terror, aunque tiene prohibido verlas. No tiene amigos y le gusta estar sólo. Es amable con las personas pero simplemente no ve la necesidad de involucrarse con ellas, aunque sólo tenga nueve años— dijo el pelirojo sin rodeos.

—Me enteré de que estaba embarazado días antes de irme de nuestra casa. Nunca te lo dije porque no sentí que fuera responsabilidad tuya, y de todas formas ya no estaríamos juntos. No quería molestarte más así que lo tuve y lo crié sólo durante su primer año. Él nunca supo de tí porque yo nunca le mencioné que tenía un padre, pero cómo ya te dije, él encontró una foto tuya... de los dos en realidad, preguntó por tí y yo no tuve más opción que contarle la verdad porque no quería mentirle. Tenía sólo cinco años cuando eso pasó.

Sunghoon escuchó todo con atención y en silencio. Cruzó los brazos sobre su pecho y esperó hasta que el menor dejara de hablar para él poder decir lo que pensaba.

—Bien... lo que está pasando en mi vida en este momento es que, aparentemente, tengo un hijo ¿verdad? y él... viene a mi edificio, da conmigo, me cuenta la verdad y pasa la noche en mi cama. Luego tú vienes, me hablas luego de tantos años, apareces con él cabello rojo y con esa... mirada, cómo si quisieras asesinarme cuándo debería ser al revés.

Jungwon apretó los labios —Eres un idiota, Sunghoon. Te he contado todo sobre Taesan ya, ¿contento? Si lo que te preocupa es lo que pasará con tu carrera, no te preocupes por eso porque yo no pienso abrir la boca y perjudicar la vida de mi hijo y la mía. En cuánto Tae salga de tu cuarto él y yo nos iremos de tu vida y nunca más apareceremos en ella.

Sunghoon entrecerró los ojos —¿Así que sólo se irán y ya? ¿Cómo si nada nunca pasó?

—Exacto.

𝗆𝗒 𝗌𝗈𝗇? ★﹙𝘀𝗵𝘄﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora