Capítulo 4: Celos, Confesiones y Compañerismo Musical

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La mañana se despertaba suavemente en el conservatorio, con Shoto sentado en la soleada cafetería disfrutando de un apacible desayuno de onigiri. Mientras saboreaba cada bocado, su mente vagaba entre las notas musicales que pronto resonarían en el escenario. De repente, la armonía de la mañana se vio interrumpida por la llegada de Izuku Midoriya, un virtuoso violista, y Ochako Uraraka, una jovial clarinetista, cuya presencia llenó la habitación con una energía burbujeante.

La conversación fluyó fácilmente entre ellos, compartiendo anécdotas musicales y risas contagiosas que se mezclaban con el murmullo apacible de la cafetería. Shoto se sumergió en la conversación animada, disfrutando de la compañía de sus talentosos compañeros mientras saboreaba el sentido de comunidad que la música creaba entre ellos. Sin embargo, una sombra de celos se agitaba en el corazón de Katsuki, quien observaba desde lejos con una mirada mezcla de resentimiento y curiosidad disfrazada de indiferencia.

Tras un intenso ensayo donde interpretaron la emotiva pieza "Hallelujah" de Messiah Handel, Shoto sintió un dolor punzante en su brazo, un recordatorio doloroso de la dedicación y esfuerzo físico que implica ser músico. Preocupado por su bienestar, Katsuki se ofreció a acompañarlo a la tienda de conveniencia más cercana en busca de algo que pudiera aliviar su malestar, demostrando una preocupación velada bajo su usual actitud desafiante.

En el tranquilo parque que se extendía frente al conservatorio, Shoto decidió abrirse a Katsuki, compartiendo con él una parte íntima de su historia familiar. Con una mezcla de melancolía y determinación en su voz, reveló que su hermana mayor,Fuyumi  era una violinista consumada, su hermano Natsuo había encontrado su pasión en el violín, y que su hermano Touya, un talentoso contrabajista, había decidido rebelarse contra las expectativas familiares para perseguir su sueño de convertirse en un famoso skater.

Las palabras de Shoto resonaron en el aire tranquilo, tejiendo un hilo invisible de conexión entre él y Katsuki. En ese momento de confesiones musicales y revelaciones personales, la brecha entre ellos se redujo, dejando espacio para una complicidad naciente basada en la comprensión y el respeto mutuo. La noche envolvía el parque con su manto oscuro, pero la luz de la amistad y la música brillaba intensamente entre los dos jóvenes artistas, prometiendo un futuro lleno de armonía y crecimiento compartido. Juntos, enfrentarían los desafíos y descubrimientos que les aguardaban en el camino de la música y la vida.

" SCHERZO "- BAKUTODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora