Never Forget You

Encuentro

Sergio Pérez y Charles Lecrec son dos jóvenes con ganas de comerse al mundo de un bocado, ambos son amigos desde que tienen uso de razón, sus familias han sido amigos desde hace años y ellos habían nacido con diferencia de meses así que cumplían años cercanos. Sus padres se reunían para festejarlos cuando ellos llegaron a los 18 años pidieron de regalo a sus familias un viaje por Europa y ellos aceptaron con la condición de que se cuidarán mientras estaban allá.

Así que unos meses antes de su viaje ellos se esforzaron por juntar la mayor cantidad de dinero para el viaje, aunque ambos eran de familias de buena posición económica nunca dieron por seguro lo que tenían y ambos trabajaban para ganar su propio dinero.

Del otro lado del mundo en un pueblo pequeño de Holanda otros jóvenes también se esforzaban por salir adelante, Carlos Sainz y Max Verstappen. Ambos eran de familias humildes pero con ganas de sobresalir entre todos los demás, así que trabajaban incansablemente por ser importantes. Vestían siempre con los mejores atuendos y anhelaban tener una buena posición económica. Ambos trabajaban en un restaurante de prestigio Max era camarero  y Carlos se dedicaba a estacionar los autos.

Ambos les gustaba coquetear con los visitantes del pueblo y así poder obtener una buena propina o quizás pasar una buena noche en un hotel de prestigio.

Sus días pasaban con normalidad hasta que un verano todo cambio con la llegada al pueblo de un par de jóvenes que hicieron que su vida cambiará.

Sergio y Charles habían llegado a un pequeño pueblo de Holanda después de su estadía en algunos pueblos de España donde habían disfrutado de la gastronomía y también de la hospitalidad de los habitantes.

S: Charly estoy cansado llevamos 3 horas caminando y no veo más que vacas y pasto.

C: Se que estamos cerca, el hombre en el hotel me dijo que aquí había un pequeño pueblo muy pintoresco y quiero fotografiarlo, por favor solo unos metros más y si no encontramos nada juro darte mi colección de comics.

S: Acepto, pero quiero los buenos.

Ambos jóvenes siguieron caminando hasta que después de pasar una colina lo vieron, el pueblo era hermoso parecía fundirse con las montañas y estaba rodeado de un hermoso lago.

C: Ves te lo dije!!!

Caminaron hacia la entrada pintoresca del pueblo y lo primero que vieron fue un hermoso jardín lleno de tulipanes en varios colores, bajaron las mochilas y se dedicaron a tomarles fotos. A lo lejos Max y Carlos llegaban al hotel donde trabajaban.

M: Mueve tu trasero Carlos llegaremos tarde.

Pero Max no recibió respuesta alguna ya que Carlos había quedado parado en las escaleras mirando hacia la entrada del pueblo.

M: Carlos que no me escuchas, vamos a llegar tarde y te cobraré lo que me descuenten, Carlos? Carlos? A dónde vas?

Carlos comenzó a caminar como atraído por el canto de las sirenas rumbo aquel joven de hermosos e hipnóticos ojos color verde que se encontraba oliendo los tulipanes.

Charles estaba concentrado observando los tulipanes que no vio que alguien que no era Sergio se le había acercado. Se asusto y dio un pequeño salto.

C: Hola! Eres nuevo aquí?

Dijo Carlos con algo de nerviosismo en su voz. Charles lo volteo a ver encontrándose sus ojos verdes con los hermosos ojos marrones de Carlos y dentro de su cerebro un switch hizo click.

C: Soy Carlos, como te llamas hermoso?

Sergio solo veía la interracion de su amigo con ese extraño, sabía que Charles siempre había tendido mala suerte en el amor y que también era muy enamoradiso, iba a interrumpirlo cuando una voz varonil lo hizo voltear y ahí lo vio el hombre más hermoso que había visto, era más alto que el, tenía una hermosa y nitida piel blanca, su cabello rubio bien peinado, su rostro que parecía tallado por los mismísimos angeles, ese lunar en su labio inferior y sus penetrantes y hermosos ojos azules que sientio que le penetraba hasta el alma.