Confesarse en voz alta {ACABADA} {en edición}

Capítulo 10

Narra Malena.

Frankie rebusca en la mochila algo antes de murmurar enfadada. Lleva toda la mañana de un humor de perros, y tengo la sospecha de que es culpa de mi mejor amigo. Enfadarme se le da bastante bien, así que estoy segura de que ha utilizado esos encantos con ella también.

– ¿Me vas a contar que te pasa ya o vas a volver a sacar y guardar la libreta? – la miro. – Por cuarta vez.

Estamos en la cafetería del instituto. Quedan dos horas para el examen de mates, y me llamó agobiada de que necesitaba salir de casa, su madre no paraba de pedirle favores relacionados con la tienda, y la había estado ayudando toda la madrugada con los pasteles, pero también necesitaba tiempo para estudiar. Temo que en cualquier momento se eche a llorar.

– Después de una noche de mierda, le he preguntado a mi novio si me acompañaba a hacer entregas esta tarde y me ha vacilado en la cara.

– ¿En que sentido?

– En el sentido vacile. – mira hacia la cristalera dónde los chicos (menos Ryder que no ha ido) están entrenando. – Ojalá le den con el stick en la nariz.

Le doy un pequeño golpe en el brazo. Por mucho que adore a Frankie seguimos hablando de mi mejor amigo aquí, y me gustaría saber que nivel de idiota integral ha sido para saber si le tengo que pegar un puñetazo o darle una charla que le haga conectar las dos neuronas que tiene.

– Me ha dicho que me busque un chofer que él también tenía que estudiar. – acaba confesando.

– Ojalá le den con el stick en la nariz. – le concedo.

Por mucho que entiendo a Rodrick, y que necesita tiempo para estudiar, sé perfectamente cómo es su tono irritante y puede llegar a ser, bueno...incluso ofensivo. Entiendo que Frankie esté así, pero... estoy en una posición complicada, los entiendo a ambos.

– Entiendo tu punto Frank. – vuelvo a hablar. – Pero también entiendo el de él.

– Sí claro. No te lo estoy contando para que escojas bandos Male – dice frotándome el brazo. – Quizá debería haberme elegido mejor y que el chico que me gustase no fuese el mejor amigo de la infancia de mi mejor amiga.

Nos reímos en alto ya que estamos solas en la cafetería, y hago el mismo movimiento que ella anteriormente.

– Él es mi mejor amigo, pero no por eso lo voy a justificar, no quiero que dejes de contarme este tipo de cosas solo por eso. Si eso es lo que te estaba reteniendo antes.

– Puede. – confiesa. – Tampoco te quiero poner en una situación extraña, ¿sabes? Admiro un montón la amistad que tenéis.

Asiento comprendiendo, y volvemos a centrarnos en nuestros apuntes. Hacemos algún que otro ejercicio del temario, cuando nos cansamos recogemos todo lo que esparcimos por la mesa. Ella habla.

– Tengo que ir a la pastelería un momento. Espero que no más de treinta minutos. ¿Me guardas un sitio a tu lado en el examen?

– Frankie tienes que hablar con tu madre o te volverás loca.

– Lo sé. – me da un abrazo. – Los palmazos de uno en uno por favor, ya me llega con matemáticas por el día de hoy.

La abrazo de vuelta riéndome. Me despido de ella, y dejo las cosas en la taquilla. Camino por los pasillos hasta llegar a los vestuarios exteriores. Ahí es donde se cambian los chicos en los entrenos. Me quedo apoyada en la pared esperando a mi mejor amigo. James es el primero en salir, y saluda cuando me ve.

– Ryder no ha venido a entrenar.

– Ya. – digo porque lo sabía, hemos estado hablando ayer y me dijo que se quedaría en casa para hacer unos cuantos ejercicios antes de venir. – Estoy esperando a Rodrick.