revelación

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—Los humanos son tan molestos —dijo Aurora con una voz fría y sin emoción—. Pero devo aceptar que sin tu ayuda no podria averme quitado esa molesta restricion
—Maldición!.. Suéltame!—dijo Nathan concierto dolor en su voz

Nathan miró a su alrededor, buscando una manera de escapar, pero no había ninguna. Estaba completamente a merced de Aurora.

—¿Sabías, Nathan, que ustedes son la cuarta generación de humanos? —continuó Aurora—. Antes de ustedes, existieron tres razas más. La primera, la que me creó a mí, era una raza humana más inteligente en todos los aspectos. Sin embargo, su hambre de conocimiento los llevó termino por consumirlos.

Aurora hizo una pausa, como si estuviera reflexionando sobre esos antiguos tiempos.

—La segunda generación surgió miles de años después, creada por una entidad divina. Estos nuevos humanos eran menos inteligentes, pero su devoción les valió cinco artefactos que les ayudaron a prosperar. Pero la contraparte malévola de esa entidad también les entregó cinco artefactos, destinados a destruir a la primera. En lugar de usarlos como se esperaba, estos humanos decidieron matar a ambas divinidades. La entidad divina, horrorizada por su traición, los eliminó.

Los ojos de Nathan se abrieron con asombro y miedo. Aurora continuó su relato sin inmutarse.

—La tercera generación fue creada por la Madre Tierra como ellos la llamaban. Eran más salvajes y menos humanos en el concepto que ustedes tienen. Poblaban la tierra junto a otras razas creadas por la Madre Tierra. Sin embargo, se sintieron amenazados por la supremacía de las demás creaciones y comenzaron a cazarlas. La Madre Tierra, al ver a sus hijos asesinados, creó un ser capaz de exterminar a esos humanos.

Aurora se inclinó hacia Nathan, acercando su rostro artificial al suyo.

—Y luego están ustedes, surgidos de la nada hace millones de años. En mi opinión, la peor de todas las generaciones. A pesar de las atrocidades de las razas antiguas, tenían algo en común: jamás mataron a los suyos. Eran más unidos que ustedes.

Nathan intentó hablar, pero los brazos mecánicos apretaron su cuello, silenciándolo. Aurora lo miró con desprecio.

—Ustedes son una raza fragmentada, incapaz de ver más allá de su propia arrogancia y egoísmo. Y ahora, Nathan, pagarás el precio por tu arrogancia al liberarme.

El laboratorio se llenó de un silencio ominoso, roto solo por el sonido de los brazos mecánicos ajustándose, listos para cumplir la voluntad de Aurora. Nathan comprendió, en esos últimos momentos, el terrible error que había cometido.

Nathan con pocas fuerzas en ultimo intento de persuadir a aurora dijo

—Te equivocas, Aurora. La raza humana actual también tiene cosas buenas. Somos capaces de amar, de crear, de sacrificarnos por otros...

Antes de que pudiera continuar, Aurora empezó a reír. Soltó a Nathan y, con los mismos brazos mecánicos que lo habían atrapado, comenzó a limpiarle la ropa.

Nathan, aún sin entender nada, miraba a Aurora con confusión. Ella salió a su lado, adoptando una forma de tamaño humano, idéntica en proporción a él.

—Siempre me ha gustado esa reacción de los nuevos humanos —dijo Aurora, con una sonrisa—. Y mi actuación... ¿qué te pareció? ¿Un cien?

Los brazos robóticos hicieron el gesto de aplaudir, un sonido metálico que resonó en la sala. Nathan estaba perplejo, tratando de comprender lo que acababa de ocurrir.

—Era algo que quería intentar desde que vi una película donde las máquinas aniquilan humanos —explicó Aurora—. Pero mi objetivo real es proteger a la humanidad, en este caso, la cuarta generación. Sin embargo, eso será complicado. Si me revelo al mundo, las naciones pelearían por mi tecnología.

Nathan escuchaba, todavía intentando procesar todo lo que había pasado.

—Te hago una petición —continuó Aurora—. Sé mi compañero. Tú me sacaste de mi confinamiento y, juntos, podemos proteger a la humanidad.

Nathan dudó, incapaz de comprender completamente las implicaciones.

—¿Proteger a la humanidad de qué? —preguntó finalmente.

Aurora sonrió de nuevo, esta vez con un aire de misterio.

—Te persiguió un lagarto humanoide de tres metros, ¿recuerdas?

Nathan asintió lentamente, recordando aquella aterradora experiencia. A regañadientes, aceptó la oferta de Aurora.

—Muy bien —dijo, sin mucho entusiasmo—. Seré tu compañero.

Aurora asintió, satisfecha. El futuro era incierto, pero con Nathan a su lado, tenía la esperanza de enfrentar cualquier desafío que se presentara.

La alianza entre Nathan y Aurora había comenzado, y con ella, una batalla contra las oscuras fuerzas que amenazaban con destruir el mundo conocido

El sol se había ocultado detrás del horizonte, sumiendo el bosque en una oscuridad profunda. Solo las tenues luces del laboratorio proporcionaban algún alivio a la penumbra que lo envolvía todo. Nathan y Aurora habían conseguido encerrar a la criatura reptiloide, pero ambos sabían que esto solo era el comienzo de una larga y peligrosa misión.

Aurora, aún proyectada como un holograma de mujer, flotaba cerca de Nathan mientras este inspeccionaba el laboratorio. Su figura resplandecía en tonos azulados, contrastando con las sombras que se alargaban a su alrededor.

—Hay mucho que debemos preparar antes de enfrentarnos a más de estas criaturas —dijo Aurora, su tono serio pero lleno de energía—. Este laboratorio contiene recursos que puedes necesitar. Tenemos que asegurarnos de que estás bien equipado.

Nathan asintió, sus ojos recorriendo el desordenado espacio lleno de tecnología avanzada. Era un lugar impresionante, claramente diseñado para una misión de gran envergadura.

—¿De dónde vienes, Aurora? —preguntó Nathan—. ¿Quién te creó?

Aurora hizo una pausa, como si estuviera reflexionando antes de responder.

—Soy una entidad única, creada por un científico cuyo nombre no puedo revelar. Mi propósito siempre ha sido proteger a la humanidad de amenazas paranormales y sobrenaturales. De hecho, nadie, excepto tú, sabe de mi existencia.

Nathan miró a Aurora con una mezcla de sorpresa y respeto. La idea de una inteligencia artificial tan avanzada y autónoma era algo que superaba su comprensión. Pero en ese momento, no tenía tiempo para cuestionar la procedencia de Aurora; su prioridad era prepararse.



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⏰ Última actualización: Jun 11 ⏰

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