¡𝑫𝒆𝒋𝒆𝒎𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒊𝒃𝒓𝒆!

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Buster Moon estaba desesperado, demasiado desesperado para pensar con claridad. Hace meses había hecho un trato con Crystal y este lo sobre explotaba siempre y cada vez que tenía la puta oportunidad. El Koala caminaba rápidamente a la oficina de el lobo blanco con ojos azules, podía sentir como de esta habitación salía toda la ira de su jefe.

—¿Me estaba buscando, Sr.Crystal?— Dijo el Koala mientras pasaba a sentarse sin antes cerrar la puerta, sabía muy bien lo que venía, se sabía de memoria las palabras horrendas y lastimosas que decía el lobo por tener un ataque de ira, hace días que Suki, empleada de Crystal lo entrego a la policía y lo denunció por maltratar laboralmente y sobreexplotar a su gente, pero Jimmy tenía una empresa gigante y llena de dinero, salió fácilmente de la cárcel. Suki ahora estaba desaparecida y todas las pistas daban a Crystal pero nadie se atrevía a decir algo por el miedo de que acabarán igual que ella...

El Koala estaba sumergido en sus propios pensamientos cuando algo captó su atención, la garra de Crystal estaba enterrada en la mesa, sus ojos celestes llenos de ira y molestia.

—¿Cryst..?— El pobre koala no pudo terminar su frase cuando sintió un gran golpe en la mejilla, Crystal lo había rasguñado. Buster se agarro la mejilla y de esta salian chorros de sangre, el Koala intento gritar pero fue detenido inmediatamente por el lobo quien le tapó la boca mientras lo acercaba bruscamente a el.

—¿Tu fuiste quién le dijo a la perra de Suki que me denunciará y me metieran a la cárcel?— Pregunto amenazadoramente el lobo, nunca dejó de tapar la boca de el Koala solo veía como Moon lloraba a mares e intentaba respirar, pues la mano de el lobo cubría boca y nariz haciendo que la respiración de el animal más pequeño sea agitada y disminuyera. —¡Contesta pedazo de mierda!— Gritó Crystal mientras apretaba las mejillas de Buster.

—Y-Yo no quer-.. Quería..— Dijo el animal pequeño en un pequeño susurro, el olor de la sangre llenaba sus fosas nasales, las lágrimas no paraban de caer y su cuerpo frágil y pequeño temblaban fuertemente, Crystal fingió una sonrisa, agarro de el cuello de la camisa a Buster y fue a la terraza. Estiró su brazo hasta dejar a el Koala sin un suelo que lo pueda sostener, sus pequeñas piernas se movían en el aire mientras sus ojos miraban fijamente a los de el lobo, parecía que esos pequeños círculos celestes penetraban el alma de Moon.

—¡Seño-.. Señor Crystal, por favor!..— Gritó el Koala mientras agarraba con sus diminutas manos la muñeca de el lobo, Crystal se aseguró de que nadie intervenga en esto como la vez anterior en donde casi deja caer a Moon una vez más antes de que su asistente lo interrumpiera.. El Koala soltaba varias lágrimas y suplicas pero ninguna de estas estúpidas palabras convencía a Jimmy hasta que escucho algo de su interés.

—¡No me suelte, juro que haré cualquier cosa.. Solo no me deje caer!—

—¿Cualquier cosa? ¿Eh?—

—¡Cualquier cosa..!—

Si Buster hubiera sabido en la mierda que se estaba metiendo, hubiera preferido que Crystal lo arrojará de cualquier edificio...

Crystal retrocedió y entro nuevamente a su oficina arrojando a el pequeño animal a el suelo mientras esté se sentaba y Moon temblaba sin poder controlar sus llantos. Habían épocas en donde el lobo necesitaba algo de... Compañia sexual. Por eso siempre desaparecía a las 9:00 Y/o 1:00 de la noche, solamente para ir a un club en donde hermosas hembras ofrecían sus servicios sucios. Aún que ya no tenía que gastar dinero en eso pues había encontrado la puta solución a esto, y era un animal.. Moon.

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Hora 8:35

Buster estaba haciendo algunas pequeñas modificaciones a los guiones de sus amigos cuando alguien tocó la puerta, era un lindo leopardo alto quien entro y dejó una canasta con un pequeño regalo, para después irse sin decir nada. El Koala dejo de lado por un momento su trabajo y se acercó a los regalos que se encontraban hay, supo inmediatamente que era de Cristal por la forma en que venían los obsequios. En la canasta venían algunos utensilios medios extraños para la perspectiva de Moon y trajes medios descubiertos, con una pequeña nota que decía

Oh, Moon.

Estaba recordando sobre lo que habías dicho en la mañana y quise comprarte algunas cosas para que me ayudes en mis pensamientos y necesidades, se que eres un virgen que ni siquiera se a tocado y enamorado pero te aseguro que va a ser una experiencia inolvidable. No uses nada por ahora de la canasta hasta mañana a las 9:00, quiero que lleves todo y abre el pequeño regalo.

J . Crystal


Buster frunció el ceño apenas leyó la carta, la rompió por la frustración que tenía y ni siquiera se molestó en revisar más a fondo lo que se encontraba en la canasta, se fijó en el regalo y con cuidado retiro la tapa, era una caja negra con un moño rojo oscuro, cuando la abrio se encontró con un lindo traje negro y otra nota.

Pontelo mañana cuando nos encontremos, aún que solamente durará para eso.

Moon suspiro y cerró la caja con fuerza y molestia.

—Carajo..— Dijo el Koala mientras iba a su habitación y por fin se preparaba para dormir, quería descansar después de ese horrible día..

𝑈𝑛 𝑝𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝑠𝑢𝑒𝑛̃𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora