¡𝐓𝐞 𝐚𝐦𝐨!

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Crystal se despertó con un dolor de cabeza inmenso, se sento en la cama y con la miraba busco a Moon quien no se encontraba en esta.

—¿Buster?— Pregunto el lobo levantándose y poniéndose una bata. Comenzó a buscar por toda la habitación, le pregunto incluso a sus guardias si había salido el koala pero estos no habían visto a nadie salir ni entrar.

—¡No estoy jugando, Moon!—

El lobo albino sintió nuevamente ese miedo, ¿Edward había secuestrado a Moon? ¿Buster se había cansado de el y se había ido con Edward? No... No podía ser verdad, no quería creerlo, se sentó en la cama y comenzaron a salir pequeñas lágrimas de sus ojos que comenzaron a convertirse en dos cascadas. Buster como tenía un cuerpo pequeño y estaba acostumbrado a dormir en cajones pues le parecía cómodo. Se resguardo en uno de ellos en la noche y no se dio cuenta que su novio estaba angustiado por el.

Moon abrió el cajón de el escritorio, salió de este con su cabello desordenado y se quedó mirando a Crystal quien tenía las orejas bajas y lloraba sin poder controlarse.

—¿Jimmy? ¿Que paso?—

El lobo enseguida levantó las orejas, sus ojos celestes estaban de un rojo carmesí. Dejó de llorar inmediatamente y se seco lo más rápido que pudo las lágrimas saladas.

—¡Buster!—

—¿Te encuentras bien, amor?—

—Si... Solo que estoy medio resfriado y me salen lágrimas por los ojos...—

—Jimmy.—

El koala se acercó a el lobo, se subió a duras penas a la cama y acostó a Jimmy en esta, Buster se acostó en el pecho se Crystal y lo abrazó fuertemente, transmitiéndole todo su amor y calma.

Crystal a pesar de todo el dolor y estrés que estaba pasando, se sintió calmado con ese koala... Mas bien con su novio, abrazo a Buster y soltó unas lágrimas, agradeciendo que Edward no se lo haya arrebatado como siempre lo hacia con sus parejas. El koala seco las lagrimas de Crystal y poso un beso en la punta de la nariz de este.

—Siempre estaré para ti, ¿Sabes?—

El albino soltó un quejido y se soltó lo más que pudo, comenzando a llorar como nunca lo había hecho en años, sus garras clavaron fuertemente en el pelaje de Buster pero a estos dos no le importo, Moon acaricio el rostro de el lobo quien no paraba de llorar, sabía que su relación estaba en riesgo, aún mas si Edward Crystal se encontraba en la cuidad. No sabía cómo le diría a su hermoso y lindo koala que tenía un hermano, quien le había quitado a su esposa y era el preferido de su padre, eran como gemelos pero el pelaje de Edward era negro.

—¿Tienes algo que decirme, Jimmy?—

—Demasiadas cosas... Pero déjame enfocarme en este momento.— Dijo el albino entre lágrimas, el koala le dio el tiempo que necesitará. Crystal se sentía destrozado, el miedo de perder a su novio lo carcomía.

—¿Sabes que siempre estaré para ti?— Hablo el Koala de repente mirándolo con esos ojos de amor, dulzura y anhelo. El albino se sintió como un niño pequeño, se recordó a si mismo cuando apenas era una cria, buscando el consuelo de los brazos de su padre, quien lo despreciaba.

Jimmy abrazo a su koala y siguió soltando todo lo que nunca podía. La relación estaba en juego, sabía que Edward haría todo lo posible para arrebatarle a Moon, pero aún así no iba a dejar de pelear por el.

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—Jerry, tomate el dia libre.—

—Gracias, señor. ¿Puedo preguntar por qué está tan extraño? No tiene que ver con Moon ¿No es así?—

𝑈𝑛 𝑝𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝑠𝑢𝑒𝑛̃𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora