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—¡Jake!

Jake se volteó hacia Hunter que se acercó a el a paso apresurado, dejó un beso en su mejilla como saludo, haciendo que se ruborizara.

—Hola —murmuró encantado. Se sonrieron.

—Mañana hay una muestra de arte, tengo dos entradas, tienen desde pinturas hasta un show de danza. ¿Quieres acompañarme?

Jake rió con algo de nervios, y con vergüenza, murmuró:

—Lo siento, iría pero... Tengo una cita con alguien más.

Tom en parte sonrió con orgullo al ver la expresión emocionada de Hunter desaparecer.

—Oh, bueno —acomodó su gorra con algo de incomodidad.

—N-No es lo que piensas —negó, moviendo sus manitas frente a él—. Voy a... Ver a alguien, al cementerio.

—Oh, Jake, no necesito explicaciones —dijo Hunter, aunque se notaba más aliviado después de escuchar eso y volvió a sonreír—. Lo siento mucho.

—No, está bien.

—Bueno, lo dejamos para otro día, ¿sí? Nos vemos, cuídate —besó su mejilla otra vez para despedirse, antes de salir del estudio con una encantadora sonrisa en sus labios.

Fue al vestuario y lo primero que le dijo a Tom fue un "No sé si me gusta".

—¿Cómo que no sabes si te gusta? —preguntó el pelinegro.—. ¡Jake! Tiene cara linda, le gusta la danza, sonríe bonito y tiene un abdomen donde podrías lavar la ropa. ¿Cómo que no te gusta? ¿Sabes lo que ahorrarías en la lavandería?

Jake rió por lo del abdomen.

—Te recuerdo, Tom, que mi tipo son las cicatrizados, pelinegros, que piensan mucho, le gustan los video juegos y me cuidan mucho.

—No conozco a nadie así —negó.

—Claro, yo tampoco.

Practicó su baile una vez más, su entrenador le dijo lo mismo de siempre, pero que hoy había mejorado un poco más, así que lo dejó ir más temprano.

Tomó su celular y vio varios mensajes de un número que no le hablaba desde hacia unas cuantas semanas.

—Aiden dice que ha mejorado lo suficiente para poder usar el celular más de una hora al día —le comentó a Tom y éste se encogió de hombros, en verdad, no le gustaba mucho hablar de él desde lo que había pasado—. Aún le queda mucho en el loquero para que pueda salir —comentó, con algo de alivio.

—Jake, no lo digas así, queda muy despectivo, él no tiene la culpa de estar mal —habló el pelinegro, su ceño estaba ligeramente fruncido.

Jake la miró un segundo hasta que suspiró, asintiendo.

—Tiene la culpa de otras cosas —dijo por lo bajo.

—Tampoco, él no lo hizo a propósito —corrigió—. La depresión hace que hagas esas cosas, y que hables tan feo no lo ayuda —Jake parpadeó rápido para despejar su vista, Tom acarició su cabello—. Él no tiene la culpa de lo que me pasó, ¿está bien? Fue un accidente, necesita apoyo con lo que tiene, no le tengas rencor, no va a cambiar nada —continuó hablando con tranquilidad, aunque Jake no reaccionó—. ¿Qué tal si hago tu comida favorita? —preguntó, mirando a su ex novio, quien negó.

—Hace meses que no como eso.

—Lo sé, por eso te lo estoy ofreciendo.

Jake lo pensó un momento.

—¿Puedes hacerlo? —cuestionó, a lo que Tom hizo una mueca de "Puedo intentar"—. Bueno, me gustaría...

Tom asintió y sonrió, hacia mucho que no cocinaba tampoco.

La comida favorita de Jake eran unos pasteles de vainilla en donde Tom básicamente metía todo lo dulce que estaba en la heladera, le agregaba una que otra cosa más, y resultaba en una especie de mutante arcoíris, al que el menor le gustaba comer mientras escuchaba alguna alegre canción de Twice, su grupo favorito.

Al final del día, Jake estaba con una verdadera sonrisa y un rubor en sus mejillas, totalmente encantado y sintiéndose mimado.

—Gracias.

—No me agradezcas, tonto. —hizo un gesto con su mano para que no se molestara.

—Eres muy lindo conmigo, siempre lo fuiste.

—¿Sentimentalismo? Nada de sentimentalismo.

—Tom.

—Jake.

—Te amo.

Tom sonrió mínimamente, sus mejillas se ruborizaron.



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Ghost Of You | Campamento Desventura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora