La tensión en el aire del inframundo se hizo palpable mientras ambos permanecían en silencio, enfrentando un mar de emociones desconocidas.
Lucifer, con una rara mezcla de incertidumbre y esperanza, levantó lentamente una mano y la colocó sobre la de Adán, que aún descansaba sobre su hombro.
—Agradezco tu valentía al venir aquí —murmuró Lucifer, su voz suave y cargada de emoción—. No es fácil para ninguno de nosotros.
Adán, aún lidiando con sus propios sentimientos confusos, asintió lentamente.
Sus ojos, generalmente duros y fríos, mostraron una chispa de vulnerabilidad que Lucifer no había visto antes.
Tomando un profundo respiro, Adán se inclinó un poco más cerca.
—No estoy acostumbrado a esto... —admitió, su voz resonando con una franqueza que rara vez usaba—. Pero no quiero seguir evitándote.
Lucifer, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, dio un paso hacia adelante, acortando la distancia entre ellos.
El príncipe de las tinieblas, siempre tan seguro de sí mismo, ahora se encontraba a merced de sentimientos tan humanos y complejos.
Con suavidad, levantó una mano y acarició la mejilla de Adán, su toque suave pero firme.
Adán cerró los ojos brevemente, respirando hondo al sentir el calor del contacto.
Cuando los abrió de nuevo, sus miradas se encontraron y algo indescriptible pasó entre ellos. Sin decir una palabra más, Adán inclinó la cabeza y con una torpeza casi encantadora acercó sus labios a los de Lucifer.
El primer contacto fue suave, una exploración tímida y titubeante.
Lucifer sintió una oleada de calor recorrer su cuerpo, algo más allá de la mera atracción física.
Había un entendimiento, una conexión que trascendía el espacio en el que se encontraban.
Los labios de Adán eran ásperos pero cálidos, y a medida que el beso se profundizaba, Lucifer se dejó llevar por el momento.
Sus manos encontraron su camino hasta la espalda de Adán, acercándolo aún más. Adán, sorprendido por la intensidad de sus propios sentimientos, respondió con igual pasión, sus manos ahora aferrándose a la cintura de Lucifer.
Se besaron como si el mundo a su alrededor se hubiera desvanecido, como si en ese momento, solo ellos dos existieran.
El beso era una promesa, un pacto silencioso de explorar lo desconocido juntos.
Finalmente, cuando se separaron, ambos respiraban con dificultad, sus frentes apoyadas una contra la otra. Lucifer, con una sonrisa que raramente mostraba, susurró:
—Esto es solo el comienzo.
Adán, aún procesando la magnitud de lo que acababa de suceder, asintió lentamente, sus ojos brillando con una mezcla de determinación y ternura.
—Sí, y no pienso dar marcha atrás.
En el vasto y oscuro inframundo, donde la soledad y la desesperanza eran la norma, un destello de algo nuevo y vibrante había comenzado a brillar.
Dos almas, tan diferentes y a la vez tan similares, habían encontrado un refugio en el otro, una chispa de luz en medio de la oscuridad eterna.
Y así, en esa noche de revelaciones y besos, se abrió un nuevo capítulo en sus vidas, lleno de promesas y posibilidades.
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La Carta [TERMINADA]
FantasySi quieres hacer una adaptación, favor de mandarme mensaje en privado. - Historia completamente original - Capitulo único - Personajes de la serie: Hazbin Hotel - Acepto adaptaciones