Turning

Capítulo 185

Capítulo 185

Dejando atrás la mirada acalorada de Thais Yulman, Yuder entró tímidamente. Tan pronto como se cerró la puerta, se volvió para interrogar a Nathan Zuckerman.

"¿Cómo supiste que había venido?"

"El duque envió un mensaje."

"...Y cómo supo el Comandante que yo vendría..."

"De vez en cuando, percibe los movimientos de aquellos que están lejos de su lugar."

'Entonces, ¿Kishiar sintió mi llegada desde adentro?' Después de un momento de vacilación, Yuder abrió la boca.

"Si está despierto, ¿por qué no le permitiste entrar a Yulman?"

Ante sus palabras, Nathan, que caminaba delante, se detuvo y miró hacia atrás.

"Era una cuestión de confianza. De hecho, pensé que aún no era el momento de que entrara Sir Yulman".

Una voz baja cargada de un sutil trasfondo de significado. Yuder examinó en silencio el rostro de Nathan Zuckerman.

"¿Está el Comandante... quizás enfermo?"

Nathan no respondió de inmediato a su pregunta. Yuder observó cómo el hombre que estaba frente a él se giraba sin confirmación ni negación y continuaba caminando hacia adelante, luego lo siguió rápidamente.

El interior de la oficina del Comandante estaba mucho más tranquilo de lo habitual. La caldera, apagada, había perdido su brillo, y la gran ventana, normalmente iluminada por el sol, estaba velada por cortinas oscuras. Cuando pasaron por el escritorio donde solía trabajar Kishiar y entraron al pasillo interior, se revelaron áreas privadas accesibles al Comandante. Nathan Zuckerman se acercó a la habitación más alejada, un dormitorio, y llamó respetuosamente.

"Entra."

"¿No va a entrar, señor Zuckerman?"

"El Comandante ordenó que cuando llegue Sir Aile, entre solo".

Dejando atrás estas palabras, Nathan se giró y desapareció en la dirección opuesta. Yuder, mirando la manija de la puerta cerrada, lentamente extendió la mano y la abrió. La puerta se abrió silenciosamente, revelando la habitación familiar.

El techo en forma de cúpula se eleva muy por encima. Un pequeño tragaluz de cristal en su cúspide. Las llamas de colores parpadean en la chimenea de mármol, idéntica a la de la oficina del Comandante. Y una gran cama de madera blanca, acorde con la dignidad y nobleza del propietario.

Todo era idéntico a un sueño que había tenido el día que despertó de la manifestación en el Palacio Imperial, provocando una extraña sensación de déjà vu.

"Estás aquí, entonces ¿por qué estás en silencio?"

Mientras observaba la habitación sin comprender, una voz lánguida vino desde la cama. Sólo entonces Yuder recobró el sentido, como si despertara de un sueño, e inclinó la cabeza.

"Soy Yuder Aile. No tenía intención de perturbar tu descanso, pero como sabías que estaba aquí y me llamaste... te pido disculpas".

"Está bien. Le dije a Nathan que te hiciera entrar. No hay necesidad de disculparte. Pero... no puedo verte desde aquí. ¿Te acercarás?"

Aunque normalmente hablaba lentamente, su voz ahora era más lenta, mucho más baja y profunda de lo habitual.

'¿Podría estar realmente enfermo?'

Mientras Yuder se acercaba cautelosamente a la cama, un leve olor flotaba en el aire. Un pequeño candelabro al lado de la cama estaba encendido, emitiendo una luz suave.