Cap2: El intruso

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—Gracias Trolli, la he pasado genial— Víctor se estaba despidiendo de una noche de sueño reparadora.


—De nada— Sonrió el aludido

Ya eran las nueve de la mañana y todos se estaban despidiendo para ir a sus casas.

—¡Raptor, no olvides que el próximo fin de semana tocó en tu casa!— Dijo Sparta refiriéndose a ruleta que ocupaban para ver en que casa era la siguiente junta, mientras se dirigía a la casa que arrendaba

—Si... Claro— Respondió el con desgano, debido a que habían demasiadas probabilidades de que sus amigos se perdieran por el camino.

Tras alejarse un poco de la casa de Trolli, Sparta sacó de sus bolsillos una llave y abrió su auto, un Ferrari azul claro, y se dirigió a su casa. En cuanto llegó, se cambió de ropa a una más cómoda, tomó sus materiales para el montañismo, se subió a su Todoterreno (Sparta tiene 3 autos) y condujo por la carretera hasta llegar a la montaña a las afueras de la cuidad, en donde comenzó a escalar.

○●Con Raptor○●

Raptor estaba en la montaña a las afueras de la ciudad en donde se ocultaba su hogar. Él estaba pensando en una forma de indicarles a sus amigos en camino a su casa sin que se pierdan por el bosque, cuando escuchó pasos cerca de el, por lo que instintivamente subió, pero el follaje era tan espeso y estaba tan oscuro a esa hora (6:00 p.m.) que no pudo ver a la persona que se acercaba. Cuando los pasos dejaron de escucharse, el semi-reptil descendió y continuó su camino, pero en cuanto se acercó a la ligera pendiente que era el acceso a el claro, vio que la cuerda que el había colocado para ayudarse en sus primeros años viviendo allí se movía como si alguien la estuviera usando para descender, empezó a dudar ya que el claro era un lugar bastante alejado de la sociedad como para que una persona estuviera cerca de la zona. En cuanto descendió, Raptor notó cómo sus sentidos estaban mas agudos que nunca. Rápidamente miró el claro buscando una anomalía cera y estaba bastante obvio, la puerta de su casa estaba abierta, por lo que inmediatamente corrió hacia allá y entró en su hogar. Trató de hacer el menor ruido posible y tomó una de las katanas de la sala de estar y se dirigió a la habitación principal, en donde se escuchaba a el intruso. En cuanto entró vio una silueta familiar y volvió a envainar la espada.

—Hola Sparta. ¿Qué haces aquí?— Preguntó el semi-reptil mirando a su amigo, quién se sobresaltó

—Ah, Raptor, hola— Sparta estaba incómodo— Este... Yo... Perdón, no era mi intención entrometerme en tus cosas, pero como es extraño ver una casa por aquí... Y como no había nadie cerca... Yo, lo siento— Ambos se quedaron en un silencio bastante incómodo por unos minutos. El menor decidió romper el hielo —Así que... ¿esta es tu casa?

—Si, bienvenido a mi humilde morada, supongo

Sparta se acercó al balcón que daba vistas hacia la cordillera. Parecía tan cercana y majestuosa, y tan lejana y pequeña a la vez 

—¿Por qué no nos dijiste que vives en un lugar tan bello?— Murmuró mirando un hacia el sol poniente.

—Nunca preguntaron— Respondió mientras se ubicaba al costado de su amigo

—Este lugar es mágico, me da una sensación de tranquilidad— Comentó Sparta mientras respiraba profundamente como si tuvieran todo el tiempo del mundo

—Si, a mi también— Susurró Raptor con un tono cargado de frustración. Ambos se quedaron en silencio por un tiempo, hasta que empezaron a tener frio. Sparta comenzó a tiritar levemente, por lo que Raptor se acercó a el y le rodeó los hombros en una abrazo, calmando los escalofríos de ambos

—Gracias— Dijo Sparta en un susurro, agradecido

—De nada lin-Sparta— Se corrigió un poco nervioso el semi-reptil. Sparta lo miró a los ojos.

—¿Qué ibas a decir?

Raptor suspiró

—Tengo algo que decirte— Raptor vuelve a suspirar — Tu... Tu me gustas Sparta

Las mejillas del menor enrojecieron

—¿Desde cuando?

—Desde hace unos diez años, mas o menos

—¿Esto no es una broma cierto?

Ambos se miraron y Sparta vio la verdad asomándose en los ojos del mayor e inconscientemente y frente a un atardecer, lo besó.

Cómo Lo Nuestro Empezó... (Spartor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora