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Salí de su cuarto transpirando, ya ni si quiera podía respirar. Tome un descanso en los escalones mientras me limpiaba las mejillas, quitando las lágrimas. Baje a la sala, vi a Amanda, me acerqué y la bese, realmente la discusión había empezado gracias a ella, así que me desquitaria de otra forma. Me subí en ella, mientras pasaba mis manos atrás de su cuello.

- M-mmh ¿qué?... -
Dijo con una sonrisa en la cara.

- Vamos a.. a un motel, Billie esta acá. -
Dije jalando su mano hacia la puerta principal.

...

Estábamos saliendo de un motel, "Sol y luna" para ser exactos, Amanda estaba muy feliz y yo muy tensa. Tendría que estar pensando en mi hermosa relación con Amanda o algo así, en su lugar pensaba en Billie, si ya había comido, o tal vez salido, pensar en ella me carcomia por dentro.

- ___.. ¿Me escuchas? -
Dijo Amanda pasando su mano frente mi cara.

- Eh.. perdón. -
Dije prestandole atención al camino, ya que él semáforo ya había cambiado de color. Ella hizo un gesto con la mano, restandole importancia.

- No importa, te decía que.. quiero ir a Dubai, es muy lindo.. ¿no te parece? -
Dijo viéndome mientras sus ojos brillaban.

- ¿Bien? supongo que has estado ahorrando, ¿no? -
Dije viéndola por un rato, pero regresé mi vista al frente. Miré mis nudillos, estaban casi blancos por apretar tanto el volante, estaba nerviosa, el llegar a casa y tal vez no encontrar a Billie me mataba.

- Mira, tú eres mi novia, te pudres en dinero, ¿por qué no me pagas el viaje tú? -
Me dijo viéndome con obviedad, pensé que era broma, pero como ella ya no dijo más, reí amargamente. No le quería gritar ya que era muy sensible.

- Ay Amanda... te llevaré a tu casa. -
Dije, ella me vio, y bajo la mirada. Nadie hablo más.

...

Llegue a casa, después de dejar a Amanda en su casa mi tensión se triplicaba. Subí los escalones, abrí lentamente la puerta de Billie para que esta no hiciera ruido, la vi, acostada y con su cabello plateado desordenado. Estaba durmiendo, sonreí.
Toda tensión desapareció de mí, así que baje por una cerveza.

Subí a mi cuarto, realmente necesitaba dormir.

...

Habían pasado 3 días, 3 días en los cuales Billie no me hablaba ni yo a ella, lo que había dicho dolió, y ella cada vez que me veía se ponía incomoda o se iba. Ya no pasaba tiempo en casa.

Pero hoy iría por ella al colegio, y la llevaría a comer fuera de casa. Ya que estaba en exámenes finales y eso solo significaba una cosa: estrés académico.

Así que le mande un mensaje:

Suspiré, me tire al sofá esperando a que pasara el tiempo para ir por ella.

...

Estaba en mi auto, afuera de la escuela de Billie, realmente no prestaba mucha atención si ya venía o no, texteaba con una amiga. Pero escuche su risa, así que baje el vidrio y mire hacia el lugar de donde provenía su risa.

Y ahí estaba ella, con su hermoso y pulcro uniforme, llevaba el cabello suelto, unas arracadas de accesorio y su mochila colgando de un solo hombro. Sonreí al verla, pero mi sonrisa se transformo en una mueca al ver que una chica la abrazaba de una manera
algo... comprometedora. Lo peor es que Billie no hacia nada. Sentí una sensación en mi estómago, me estaba empezando a doler justo ahí gracias a los celos, cualquier sentimiento fuerte se iba directo a mi estómago.

No soy tu 𝗵𝗶𝗷𝗮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora