Permiso.

830 96 6
                                    

Ahí estaba feliz de la vida, junto a su esposa e hijos, disfrutando  un típico día de verano en su patio trasero.

Veía como sus pequeños se la pasaban corriendo de un lado a otro, mojándose con pistolas de agua alrededor de la piscina, mientras cocinaba en un asador. Estos momentos son los que atesoran por siempre, no había nada, ni siquiera nadie que le pudiera arruinar este momento.

— Papá ¿Puedo salir con un a-amigo? — Hablo su preciada primogénita, ciertamente se le escuchaba nerviosa, bueno eso era normal en ella en ocasiones.

— No te pongas nerviosa cariño, claro que puedes ir con tu amigo — Hasta ese momento los ojos todavía no le ponían completa atención a su niña.

— ¡Oh! Gracias papá — La castaña de ojos ámbar lo abrazo de la emoción a su padre y antes de soltarse le dió un beso — Te juro que me traen antes del atardecer  — dijo, para luego irse al frente de la casa.

Luego de aquello él padre con una sonrisa boba de felicidad regresa a la preparación de los sagrados alimentos. Poco después se escucha la despedida de su hija mayor.

— ¡Wow! Nasiens se veía mucho más hermosa de lo normal — Dijo una de sus hijas.

— Si, si, ustedes creen que va a ver a ustedes ya saben quién — Las risitas de las hermanas comenzaron a sonar y esto junto al comentario comenzó a llamar su atención.

— Que raro que nuestra hermana llevaba vestido — dijo uno de sus hijos menores, para él sus hijos exageraban, hacia mucho calor para usar pantalones.

— Y muy corto a mi parecer — dijo él segundo, esto lo sorprendió quitando por fin su vista del asador.

— Si,concuerdo contigo — hablo él de mata rosada — Papá ¿Cómo la dejaste salir así? —.

King seguía en el proceso de información.

A ver.

Había dejado salir a su hija, hasta ahí todo bien.

Se veía aún más hermosa de lo normal, bueno es su hija que esperaba, heredó nuestra belleza.

Con un vestido, seguimos bien.

Corto, aquí podemos irnos tantito al carajo.

Pero va con un amigo, eso quiere decir que va acompañada,reduce las posibilidades de riesgo. Volvemos a una zona segura.

Un amigo...

Un... eso quiere decir que va con uno solo...

AmigoooooooooOOOOOOOOOOOOOO

¡Oh! Mierda.

Su hijita estaba sola con un hombre.

— ¡Diana! — Le grito a su esposa.

— ¿Qué pasa? ¿Ya está lista la carne? — Pregunta confundida.

Abraza a su esposa con lágrimas en sus ojos.

— ¡Deje que mi niña se la lleve un hombre¡ — dijo en lloriqueos.

La cara confundida de la mujer no tenía precio, mientras tanto sus hijos de fondo se reían de la escena de su padre, excepto los mayores porque estaban vigilando la carne.

Más tarde se veía a un padre todo preocupado en la ventana que da visita hacia la callé, esperando que llegue su tesoro.

Mientras que su demás familia lo veía con extrañeza.

— Papá, cálmate. Llegará pronto —.

— Mejor ven a comer — Dijo para luego proceder a morder un pedazo.

Todos intentaron convencerlo, pero su acto fue disipado cuando visualizo a su querida niña.

Ahora no le gusto mucho la escena que veía. Su bebé agarrando la mano de un moco.

Quiso salir disparado a separarlos, pero su esposa no lo permitió.

— ¡Hey! Espera — lo retuvo lastima que no sirvió de mucho porque alcanzo abrir la puerta.

Enfrente de él se encontraba la parejita muy juntitos desde la perspectiva del padre.

— ¡Alejate de mi hija rufián! —.

— ¡King! — Regaño a su esposa — Lo siento.

El peliverde al lado de la castaña quedó pasmado de la sorpresa, sin nada que decir, más aceptando las disculpas de la mujer frente suyo.

— No hay de que — dijo sonriendo con amabilidad — Bueno yo debería retirarme —.

— Si lárgate —.

— ¡¿Papá?! — Hablo Nasiens que hasta este momento estaba avergonzada por tener tan cerca a su crush y sorprendida a un más con la actitud de su padre.

— ¡King! — dijo la mujer para luego que le diera un golpe en la cabeza, para luego proceder a mirar al peliverde con una dulce sonrisa— No, no, no te sientas presionado a irte. Si quieres te invitamos a comer —.

Nervioso contesta — No gracias, no quisiera ser una molestia —.

La chica de su lado lo miro.

— Pero Perci, no eres ninguna molestia — Sonrió con dulzura, una sonrisa que es capaz de derretir hasta él hombre más frío, haciendo que el peliverde se sonrojara aún mas. Al mismo tiempo hervía los celos del hombre del chichón frente a ellos.

— Además tenemos pudin de postre — dijo la mujer.

Eso hizo brillar aún mas los ojos del peliverde.

— Bueno ya que insisten —.

Él padre con temor a otro golpe solo refunfuño hasta su asiento con los brazos cruzados.

Y con todos los presentes dio inicio a la cena más rara de sus vidas.

JAJAJA 😂

ME VOY A DIVERTIR MUCHO.

ENDY :3

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 01 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los celos de papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora