Capitulo 6

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I whas never there — the weeknd

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Lisa pov

Corrientes de emoción corren a través de todo mi cuerpo. No creo que jennie sepa lo largo que fui por este día. Para finalmente traer a casa a la mujer con la que pasaría el resto de mi vida. Todos los pequeños detalles y planificación. Ella entendería la realidad de lo que realmente está sucediendo aquí, que todo lo que hago es por nosotros

Conduzco por el largo camino de entrada que conduce a mi casa y me detengo al costado de la casa. Apagando el camión, me dirijo a mi pequeña mascota.

—Estamos en casa.

Ella me mira con preocupación, pero trato de consolarla. Quiero que disfrute viendo su nuevo hogar por primera vez. Espero que ella lo ame tanto como yo. Puse tanto trabajo en construirlo, haciéndolo solo para ella y para la familia que ella me va a dar. —Creo que te encantará. —le aseguro, llegando a desatar sus manos y pies.

Froto donde las cuerdas se clavaron en ella, pero la cuerda era suave y veo que no hay daño. —Pero si hay algo que no te gusta, podemos cambiarlo. Solo házmelo saber y lo tendré listo. —Pensando en ello por un segundo, cambio de opinión. —Quiero decir, lo arreglaré por ti—. No iba a permitir que alguien más entrara a nuestra casa y construyera o cambiará algo para ella. Yo lo haría por ella.

Probablemente verían lo perfecta que es y tratarán de robarla de mí.

Me acerco al final de la cama, agarró la sábana doblada y la sacó, envolviéndola. Ella no pelea conmigo ni hace ni la más mínima protesta. Quizás parte de su resolución finalmente se está deslizando. Está empezando a entender que esta es su vida ahora y que no hay razón para luchar contra ella. ¿Por qué debería ella? Nadie en este puto mundo la tratará mejor que yo.

—Voy a llevarte, pequeña. Esta es la parte de la entrada donde estaciono mi camión. Es grava, y no quiero herir tus pequeños pies.— Levantandola, mi corazon se calienta cuando me rodea con sus brazos sin que yo tenga que pedirle que lo haga. La acerco más, me muevo hacia la puerta y salgo de la camioneta.

Sus ojos dan vueltas, mirando por todas partes. —Sus...

Ella parece cambiar de opinión sobre querer decir lo que sea, pero tengo que saberlo. —¿Es qué?— La animo.

—Hermosa.

La casa es perfecta Se asienta en más de treinta acres rodeados de tierras boscosas. La casa es un edificio de dos pisos con un porche envolvente en cada piso.

—Entonces encajarías bien, ¿no es así, pequeña?

—Nunca he encajado en ningún lado.

Por la expresión de su cara puedo decir que no quiso decir esa parte en voz alta. No entiendo cómo eso podría ser posible. Cuando la vi por primera vez, tuve que acercarme, tocarla y escuchar su voz. ¿Cómo podría alguien hacerla sentir como una extraña?

—Siempre encajarás conmigo.

Mientras camino hacia el porche delantero, ella apoya su cabeza en mi hombro. Cuando llegamos a la entrada de la puerta doble, la colocó en el suelo mientras saco la llave de mi bolsillo y la deslizó dentro de la cerradura.

Levantándola en mis brazos, la llevo adentro. Debería detenerme y mostrarle todo, pero todo lo que puedo pensar es en verla tendida en nuestra cama por primera vez.

Subimos las escaleras de dos en dos, como la distancia hasta nuestra habitación. Cuando llegó al pie de la cama, simplemente la arrojó sobre ella y comienzo a quitarme mi propia ropa, deseando estar piel con piel con ella.

—Fuera de la sábana, pequeña.

Mi cinturón cae y golpea el piso de madera, el sonido hace eco en la habitación. Cuando ella no se mueve, le dedicó una mirada dura que la obliga a desenredarse. Me quito el resto de la ropa y la agarró antes de que ella pueda reaccionar, mis hombros separan sus muslos y entierro mi cara entre sus piernas. El olor de ella y yo mezclado llena mis pulmones, haciendo que el semen de mi polla dura se filtre en la cama.

—Tienes el primer orgasmo en nuestra casa juntas. Te mostraré lo bueno que será para que nunca me dejes. Siempre. Te mantendré tan exhausta de placer que no podrás gatear lejos de mí. —gruño contra su delicada piel, dejando caer mi boca en su coño.

Su mano se dirige a mi cabeza, y creí que intentaria sacarme. En cambio, me agarra, no me aleja, pero tampoco me empuja hacia ella. Solo abrazándome.

Le doy lo que ella no pedirá. Sin juegos ni burlas. Me concentro en su clítoris, succionándolo en mi boca, saboreando la mezcla de nuestro placer en nuestro último encuentro sexual. Su espalda se arquea fuera de la cama y sus caderas chocan contra mi cara. Agarrándole los muslos, la abrí más y la abrí por completo. Lamo y chupo, y luego ella me lo da. Ella grita mi nombre, y el sonido me hace tan dura y excitada, no puedo controlar mi propio orgasmo y empiezo a correrme sobre mí misma. Debería ser embarazoso, pero no me importa una mierda. Ella sabe tan dulce, y oírla decir mi nombre me llevó al límite.

Sigo chupando su clítoris, ayudándola a soportar el último momento de su orgasmo hasta que su cuerpo se suelta y se relaja en la cama. Ella se ve agotada físicamente mientras yace coja en la cama.

Arrastrándome por su cuerpo, entierro mi cara en su cuello y solo nos inhala.

Sentirla debajo de mí y saber que ella está aquí me ha calmado por dentro. Después de unos momentos, siento que comienzo a desviarme, y de repente estoy completamente despierto.

—¿Esa es una foto mía?

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Tomando lo que es mío | (JENLISA G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora