El sol brillaba con intensidad sobre la playa desierta de la muy olvidada Porto Bello, la joya costera americana con sus pequeñas casas iluminadas, sus calles pacíficas, sus mercados ricos en colores y aromas que recordaban a la bella Italia, pese a estar en Norteamérica Portobello había sido el lugar donde muchos inmigrantes habían decidido asentarse, las lenguas se entremezclaban creando un dialecto único que solo podían comprender quienes habían nacido y crecido alla, ¡Exquisito! Por decirlo menos.
Eran las 10 de la mañana cuando el doctor James Wallace paso sobre ella, con sus pies desnudos hundiéndose en la arena blanquecina y su cabello rubio y ondulado dejándose mecer por el viento juguetón. El aroma sutil pero exquisito de su colonia embriagante se entremezcla con el aroma del mar y la podredumbre del muelle aledaño, las gaviotas que daban vueltas sobre el mar, los cangrejos que salían de entre las rocas dejando un rastro con sus pequeñas patitas y la colorida vegetación que se asomaba entre las piedras y coloreaba las partes menos profundas
daba cierto aspecto onírico a aquella caminata casual pero inusual, cuando cruzó el umbral de los turistas, aquel repleto de casetas, mallas, chozas y chalets divago absorto en sus pensamientos con el libro en sus manos y el pulgar clavado estratégicamente entre las páginas.
La página 239 con un título que rezaba:<<El estrés y sus múltiples soluciones >>
Tras un largo rato de caminar sintió que la espalda le dolía, no estaba acostumbrado a caminar tanto, las largas distancias le eran ajenas pues tras servir en el ejército durante quel periodo difícil de su juventud se había jurado que no volvería a caminar como un burro si no había punto para ello, "no me he vuelto doctor para caminar por ahí a todos lados" decía a menudo y por eso se había comprado un precioso beetle azul aguamarina al que apodo cariñosamente como "Gertrude" y con el que se paseaba por todo el pueblo haciendo galantería de su posición como doctor.
El doctor Wallace.
Al cabo de unos ratos y dándose cuenta que le tomaría más recuperarse con pesadumbre se dejó caer suavemente sobre una roca y se cubrió la cara con el sombrero que le protegía, sus lentes delgados se empañaron con su aliento agotado mientras su mano se aferraba al libro como si temiera que alguien se lo arrebatará, aunque era consciente que era el única alma en aquel lugar.
"Un paraíso sin ángeles" se dijo a si mismo "me pregunto si un lugar así de solo es el cielo o el infierno" pese a que gozaba de la soledad sabía mejor que nadie que el precio a pagar con ella era el estarse durante mucho tiempo a solas rumiando los pensamientos que usualmente le atormentaban, y que se amotinaban uno tras otro haciéndole descender forzosamente por el espiral de una apestosa autocompasión.-¡Eh! ¡Doc!...¡Oiga doc!-escuchó oír a alguien antes de que siquiera pudiese pensar en algo más.
-¿Leo?-gruño con voz ronca mientras se incorporaba -¡Leo!...-pronubcio como un regaño.
Leo su asistente fiel, el joven enfermero, no más de 20 años, sin licencia, claro era pero con mucha experiencia.
proveniente de una familia de doctores y enfermeras se había educado desde los 12 en el campo de la medicina, el no era la excepción a todos sus tíos y primos y su padre mismo Massimo Daconte había encontrado una forma de que trabajará en el pequeño hospital del pueblo apoyando a James.
Era un muchacho pálido, un poco más bajo que el común, de cabello rizado castaño claro y despeinado, labios carnosos y rojos como los pétalos de una rosa, repleto de pecas y pequeños lunares amotinados como constelaciones en cada rincón de la espalda a los brazos y los brazos a las mejillas, con unos profundos ojos azabache enmarcados en unas largas pestañas y unas gruesas cejas italianas que solo intensificaba aquella mirada triste y pérdida que el doctor Wallace recordaba haber visto en algún lugar.Al ver doctor el joven ondeo la mano y se acercó nadando hacia el, se encontraba en una parte profunda y oscura del mar, una especie de piscina o trampa acuática misteriosa.
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El verano feliz del doctor James Wallace
RomanceJames Wallace, el solitario doctor rural de un pequeño pueblo pesquero, encuentra en Leo Daconte su compañero, un joven enfermero de espíritu libre un resplandor de luz en su apacible pero monótona vida, sin embargo este espontáneo y apasionado roma...