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Tom, un policía solteron de unos aproximadamente 29 años, él rondaban por las frías calles de Canadá con auto; dirigiéndose a su apartamento luego de un largo período de trabajo en la estacion de policía.

Él, claramente cansado y con ganas de comer algo, mientras conducía, buscaba al menos un local que este abierto donde conseguir algun aperitivo para calmar su hambre. El problema era que son las 10, casi 11 de la noche. Con suerte, encontraría algunas sobras de un restaurante o algo parecido.

Luego de un rato caminando, encuentra lo que parecía ser una cafeteria prendida, con un gran letrero encima de la puerta con la palabra "Míriam And Coffee" y, para su suerte, aún con la cartelera de "abierto"

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Luego de un rato caminando, encuentra lo que parecía ser una cafeteria prendida, con un gran letrero encima de la puerta con la palabra "Míriam And Coffee" y, para su suerte, aún con la cartelera de "abierto"

—¡Bingo!— dijo con alegría y apurando su caminada para llegar al lugar.

Entro de repente, haciendo sonar un "ding" al pasar por la puerta, asustando a un chico con lo cabello azul que atendía el mostrador.

—buenas noches.— saludo cortésmente el policía, con una sonrisa en el rostro —¿aún le queda algo para comer? — agrego.

—B-buenas noches caballero — dijo el chico, con cierto nerviosismo. —crei haber dejado la puerta cerrada... una disculpa. Pero iré a ver si nos queda algun postre.

—si está bien... Muchas gracias. — mostró de nuevo su sonrisa, viendo cómo ese chico de ojos negros se iba a dentro de la cocina. Y ahora que lo notaba, este llevaba una coleta, cosa que se le hizo lindo al policía.

Tom tomo asiento cerca de una ventana, admirando la calle, mirando a una pequeña cantidad de personas pasando por ahí y algun que otro gato y perro callejero que pasaba por ese lugar. Pero su atención se fue para una joven pareja, paseando por las frías calles, agarrados de la mano, sonrientes, y más que todo: enamorados. Suspiro. Le daba envidia, aunque envidia era poco lo que sentía. ¿Algún día llegaría su hombre soñado?, ¿Algún día tendría a alguien que le espere al llegar a casa?, ¿Algún día estaría felizmente en una relación?, ¿Algún día...

—Ejem, caballero.. aún nos queda una dona, pero solo es una. ¿La va a querer?

Oh.

Bueno, igual se le perdió el apetito. —no hay problema con eso. Cómo decía mi madre: mejor es algo que nada, jaja— bromeó, levantándose de la silla, dejándola en su lugar y dirigirse al chico, quien ya tenía la dona en una bolsa de papel. —muchas gracias, ehh.. — agachó la mirada, mirando el gafete —.."Jake".. wow, lindo nombre, jaja.

—no es nada, mas bien gracias a usted.. señor.. uhm..

—thomas, o si prefieres puedes llamarme Tom, no tendría problema con eso.

—en ese caso, muchas gracias señor Tom.— sonríe, mirando a los ojos color cyan del mayor.

—oh, no me llame señor.. me siento mayor, además, no soy tan viejo como parezco.— suelta una risa, haciendo reir también al menor.

ᐢ..ᐢ﹐DONA ⋆ TomJake  ‎𖦹₊⊹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora