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Chuuya miraba como es que tenía muchas opciones para su velo de novio, no podía esterar para su boda.
Vio uno muy hermoso que le gustó, uno corto con decoración de flores.

Dejó la revista sobre la mesa y salió de su casa, notando a tres hombres y una mujer que al momento que lo vieron, se acercó a él.

- ¿que pasa?

- ¿a donde va, señor?

- ¿ah?

- está seguro con nosotros

- espera, ¿donde está mi prometido?

- el señor Dazai no está

- tengo que ir con el— el pelirrojo saco su celular que estaba en su bolsillo, llamando a su esposo— responde

- ¿hola mi amor, que pasa?— pregunto, mientras se aflojaba la cortaba, estaba a nada de irse a su casa del trabajo—

- amor ¿porque hay cuatro personas conmigo?

- ah— el castaño pensó un segundo— un hombre importante pensó que era buena ayuda para que te sientas seguro

- por favor. No quiero que estén cerca de mi...

- está bien, hablaré con él

- Justo iba de salida para ir a verte, si no te molesta

- yo también estaba a punto de irme, ¿vendrás o vas a esperar?

- te espero

- te amo, ya voy. Dile a los muchachos que yo digo que regresen con su jefe

- si, te amo— colgó la llamada— dice mi esposo que regresen con su jefe

- como ordene— dijeron los 4–

Chuya volvió dentro de su casa, esperando que su prometido llegara del trabajo para poder explicarle que fue lo que pasó y quienes eran esas personas.

Una vez llegó, Dazai terminó de quitarse su corbata, quitó sus zapatos y sacó, quito el cinturón y aflojó un poco la camisa de botones.

- Chuuya, volví— el castaño lo vio acostado sobre la cama—

- que bueno que llegas

- ¿estás bien?

- si, ven aquí— llevó a osamu hacia la cama, codiciandose encima— te extrañé mucho

- yo igual— con cuidado tomo la cintura de Chuuya— pensé que irías a trabajar

- la sesión de fotos tuvo que cancelarse

- al menos te tengo solo para mi— el castaño sonrió—

- ahora...— el pelirrojo tomó por el cuello al castaño, azotandolo contra la cama— ¡¿quienes eran ellos!!

- tranquilo amor— río el castaño, tomando las manos de su amado, alejándolas de su cuello— un amigo mío pensó que era buena idea el darte guardaespaldas

- no me gusta...

- ya hable con el

- Gracias, perdón por mi reacción

- es normal, no estás acostumbrado a esto— le dio un pequeño beso en su mejilla— te amo

- yo igual te amo con todo mi ser

- vamos a dormir, estoy casando

- Dios carajo, ahora que voy a hacer — Fyodor miraba hacia la gran ventana que había en su oficina— Es un tema complicado

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