4

255 32 4
                                    

Jungkook temblaba. Los nervios lo traicionaban. Era la emoción de estar al fin en la cama completamente desnudo listo para que su Seokjin le hiciera el amor.

—¿Sabes que eres perfecto para mí verdad Kookie? Quiero que esta noche sepas que tú único dueño es Kim Seokjin. Me hiciste sufrir Jeon Jungkook con esas escapaditas de noche, me hiciste sufrir. Esta noche no pagarás todo, porque es tú primera vez, pero las próximas noches golden maknae tendrás que pagar..

Jungkook reía. Seokjin era siempre tan amable y educado, pero ahora estando encima de él, parecía otro y le encantaba. Claro que pagaría, todo lo que su oppa quisiera cobrarle.

Seokjin admiraba el magnífico cuerpo de su adorado Kookie. Besó primero sus labios, para bajar por su cuello. Olía perfecto, tan varonil, no pudo evitar chupar con suavidad. Posó sus dedos en los hermosos botones café que tenía delante de su vista. Los apretó y jugó con ellos. Jungkook se quejó. Su miembro se ponía duro. Necesitaba atención — Jinnie mi amor podrías...—no terminó la frase porque un gemido salió de su boca al sentir la de Jin rozando su pene. Su lengua tocando la punta para luego devorarlo, recorrerlo, morderlo suavemente. Jungkook estaba al borde de correrse, el placer era demasiado.

—Hazlo bebé, córrete para mí —eran las palabras justas para que el semen llenará la boca de Jin.

El menor respiraba agitado, eran sensaciones nuevas y únicas. Abrió sus piernas para sentir esa boca maravillosa saboreando sus muslos.

—Te deseo tanto Kookie...Estoy duro y quiero meter mi miembro dentro de ti para que gimas sin parar.

Sus dedos ya estaban con lubricante y comenzó despacio. Obviamente la entrada estaba apretada, pero poco a poco se abría paso. Jungkook se quejó, pero sólo un poco. Vino el segundo dedo. Jin lo miraba extasiado. Iba a darle duro si Jungkook seguía con esa expresión de niño sometido...

El tercer dedo volvió a doler, pero luego dio paso al placer. Kook se ponía duro también.

Seokjin puso una almohada debajo de Kook y se preparó para entrar. Fue lento, gozando el robarle la virginidad a ese chico con mirada de cervatillo asustado. Jungkook apretaba las sábanas, pero sabía que el dolor inicial daría paso al mayor placer.

—Muévete Seokjin, hazme el amor...

El mayor no esperó ni un segundo. Moverse dentro era un placer maravilloso y escucharlo gemir lo volvía loco. Siguió embistiendo. Hasta que llegó dónde debía y quería llegar. El menor gemía y repetía el nombre de Jin una y otra vez.

—¡Seokjin! Alcanzó a gritar antes que un chorro de su semen cayera en su vientre y en el de Jin. Éste continuó moviéndose hasta que sintió el impacto del orgasmo y lo llenó de él.

Se quedó un rato mirándolo. Jungkook era hermoso. Su boca entreabierta, sus ojos cerrados. Era perfecto.

—Mirame Kook —Jungkook obedeció —eres mío y para siempre. Jamás te dejaré y jamás me dejarás. Te amo con locura.

—Te amo Jin, te  he amado y deseado desde hace mucho. Ahora tú también eres mío.

Seokjin lo besó. No. Lo devoró. Dejó su boca y pera con su saliva. Con los labios de Kookie hinchados y húmedos.

Se acostó a su lado, luego de darle su polera para que se limpiara. Como cada noche lo arropó y besó su frente.

—Te amo Kookie y antes que te duermas debo preguntar ¿Aceptas ser mi esposo? No me conformo con menos..

—Soy tuyo esposo mío, tuyo.

Otro beso apasionado y Seokjin lo abrazó. Durmieron pegados, desnudos y felices.

Hyung, Estoy Enamorado (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora