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Era un día nevado, los copos caían del cielo lentamente, dando una belleza unica al paisaje, hacía bastante frío pero cuando estás acostumbrado a vivir en un ambiente nevado, te acostumbras a este.

Se encontraba corriendo y saltando entre la nieve, un pequeño niño, que se reía al ver el cielo, contemplaba los pájaros y saludaba a los animales. Atrapado en su inocencia sin saber de los peligros del mundo, ni lo cruel que podría llegar a ser.

Estaba viviendo su propio mundo, fuera del peligro y de conflictos, que aún no le tocaba enfrentar. Buscaba con perseverancia a aquella persona, a la cual siempre esperaba con ansias en volver a verla. Lo amaba mucho, aunque él no lo supiera.

- Dónde estás!? -se encontraba gritando la misma pregunta desde hace algunos minutos. Sabía que era difícil encontrarlo pero, había esperado tanto por su llegada, que no desperdiciaria está oportunidad de poder estar junto a él-

Siguió caminando por los lugares que sabía que él mayormente ocupaba. Siempre solía ir al bosque, al parecer le gustaba estar solo. Aún era temprano y el frío no era mucho, así que no se preocupó mucho.

Pasaron las horas y ya era más tarde, sospecha que era medio día, ya debería estar en casa almorzando. En su ingenuo pensar, no cabia la idea de que seguramente la persona que estaba buscando, ya debió salir del bosque para comer algo, él pensaba que seguramente seguía en el bosque, y debía encontrarlo para que ambos vayan a comer.

Las horas siguieron pasando y el sol, se iba a escondiendo poco a poco, apenas y quedaban algunos rayos del sol en los árboles, le daba miedo, pero debía ser valiente, quizás y también él esté asustado....debía encontrarlo.

La nevada comenzaba a ser más fuerte, la nieve caía con fuerza y el viento soplaba fuerte, se regañaba a él mismo por no haber traído algo más para protegerse del frío, ya no sabía dónde estaba, no veía a nadie al rededor.

Tenía miedo, sentía bastante frío, apenas y se movía para avanzar entre la espesa nieve, apenas y le dejaba ver. Tenía hambre, se sentía débil, escucho el sonido de algo, siguió caminando con cuidado, sentía que lo seguían.

Cuando escucho el sonido cerca....empezo a correr con todas las fuerzas que tenía. Corrió y corrió, hasta que escucho un aullido lejos y después un chillido del mismo animal. Ya no sabía en qué parte del bosque estaba, seguía corriendo por impulso, hasta que tropezó, callendo al suelo.

Sentía el frío, demasiado fuerte, su cuerpo entero temblaba, sentía un líquido frío resbalar por su pierna y frente, su respiración se agitaba, estaba solo, estaba perdido.....

En medio de su desesperación no pudo hacer más que gritar, rogando por ayuda, teniendo la ligera esperanza de que alguien halla escuchado su llamado.

Derrepente, empezó a sentir calor...el mismo calor que sientes al estar en los brazos de la persona que se preocupa por tí, como un abrazo maternal. Se empezó a quitar lentamente su chaqueta porque el calor comenzó a sofocarlo, se sentía muy débil, dejando salir unas lágrimas de sus desesperanzados ojos, abrazándose a sí, mismo.

- Ayúdame!! -pidio, en su llanto, con las fuerzas que le quedaban- por favor....snif.....no me ignores...... -las lágrimas caían de sus ojos, empapando su rostro, no le quedaba más que llorar, estaba completamente solo-

Volvió a escuchar algo.....esta vez pasos en la nieve, con la vista nublada, pudo ver unas botas y la silueta de una persona, acercándose rápidamente a él, después de eso, cerró los ojos.

– Lo siento...-murmuro con pena, al ver en el estado que se encontraba. Nunca pensó que llegaría a ésto-

Acarició con cariño, los cabellos del niño, quien se encontraba dormido. Cuando lo encontró estaba muy grave. Por qué lo ignoro cuando lo vio en el bosque?, por qué no lo siguió?, se lamentaba de tantas cosas, sabía que de una forma esto era su culpa.

no sé aún que poner :vDonde viven las historias. Descúbrelo ahora