Un abismo de emociones reprimidas

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Me incliné,

Arrodillada al borde del precipicio

Y con cautela,

Mire hacia el abismo.

Me vi atraída por aquella profunda oscuridad,

Me pareció incluso poder escucharla susurrar;

Escuche las súplicas que durante años me obligue a callar,

Escuche aquellos lamentos,

Fruto del inmenso dolor que mi alma guardaba,

Escuche los gritos,

Teñidos de rabia y desesperanza,

Me sentí cautivada, y a la vez, horrorizada.

Con un nudo en la garganta,

El corazón tembloroso,

Y la cara manchada por las lágrimas,

En un acto de rebeldía,

En un pobre intento por librarme de aquella carga,

Salte hacia el abismo, 

Y por una vez en mi vida, me permití sentir.














Susurros del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora