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Sube las escaleras, abre la puerta y se dirige al cajón que la contiene. Sus latidos se detienen, no, su corazón solamente se ha sobresaltado. No está, su posesión mas preciada ha desaparecido. Tras horas y horas de búsqueda lo ha confirmado, no cabe la menor duda, la ausencia de la Death Note es eminente.
Analiza meticulosamente lo que está ocurriendo, baja a la sala por una botella de agua del Monte Fuji para refrescar sus ideas.
Encuentra a su familia pasando una agradable tarde viendo un capítulo de su programa favorito (La familia Despeluchada) sin él, precisamente el capítulo que tanto le gusta, ese donde se comen unos cerditos en peligro de extinción.
Su padre siente su presencia y se acerca a él para conversar sobre algo importante.
-Hijo, ¿Recuerdas la otra vez que nos ganamos una remodelación para la casa?
Light solo asintió.
-Nos dio pena mencionarlo, pero la verdad es que nos han robado todo, todo excepto lo que estaba en tu cuarto gracias a los quince candados que tenías reforzando la puerta, el lector de iris y tu cerradura de huella digital .
Light solo lo miraba mientras mantenía una escucha activa.
-Como nuestra condición económica nos los permite, pudimos reponer todo de lo cual se nos ha despojado, sin embargo, consideré innecesario gastar en candados y llamé a un cerrajero para que me ayudara a quitar cada tipo de cerradura de tu cuarto para usarla en la casa.
Light bajó la mirada, sintió una opresión en su pecho por el terror que esto le causaba.
-También quitamos los del buró que está a un lado de tu cama.
Light ya no sentía su circulación.
-Adentro había un cuaderno muy feo que estaba reforzado con más candados, forrado con recortes de los ositos cariñositos y metido en una bolsa de la Ley, fue así que decidí tirarlo, no quiero homosexualidades en mi casa.
Light corrió rapidísimo hacia donde estaban los contenedores de basura, exaltándose al divisar a un hombre hurgando cual vil mapache entre las bolsas.
Estaba perdido, el vagabundo tenía la libreta, el joven al ser letrado dejó salir de su boca:
- ¡Deténgase en este momento, señor de bajos recursos! Le ofrezco un carrito de Hot dogs por esa vana e insípida libreta.
El indigente se negó a negociar, así que comenzaron los golpes y los forcejeos, donde el castaño no pudo llevarse la victoria tras recibir un golpe en el rostro con una botella de Coca de piña (mismo que lo dejó inconsciente).
Del otro lado de la ciudad, en un tianguis de dudosa higiene y cuestionable seguridad, una joven se acerca a un puesto con artículos claramente no robados.
-20 varos, güerita, tómelo o déjelo.
En las manos de la joven hay una libreta reforzada con candados y forrada con recortes de los ositos cariñositos.
-Ándele, déjemela en 10 pesitos.
-Está bien, pero solo porque eres tú, Teresa.
Fin del prólogo.
Autores:
ElDrakeDELAMataRosaOfficial ®
-Sprite y Manzana.
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La luz de la ambición (Teresa x Light)
RomancePor que entre ser o no ser, ellos eligen ser los dioses del nuevo mundo.