Ballet, Rock And Desiré // Soojun

Second Part

La tarde de otoño arrojó un cálido y dorado resplandor sobre el apartamento de Yeonjun mientras se preparaba para su cita con Soobin. El aire estaba cargado del aroma de flores abiertas y galletas recién horneadas, preparando el escenario para una noche de romance por su primer año de novios.

Yeonjun, resplandeciente con su atuendo que hace resaltar sus curvas, gira frente al espejo, con sus ojos brillando con nerviosismo. Este era su primer aniversario con Soobin, su adorable y guapo novio, el guitarrista tranquilo e introspectivo que había capturado su corazón con sus tiernas sonrisas y conmovedoras melodías.

Cuando sonó el timbre, el corazón de Yeonjun dio un vuelco. Respiró hondo y se acomodo el cabello antes de dirigirse a la entrada. Con un suave clic, abrió la puerta para revelar a Soobin parado al otro lado, sus ojos oscuros brillando con adoración mientras lo contemplaba.

Vislumbro a Yeonjun, hermoso como siempre lo estaba, vestido con su gran suéter blanco, dejando ver sus blancas y bonitas piernas. Los ojos de Yeonjun brillaron con nerviosa excitación mientras jugueteaba con el delicado collar de plata alrededor de su cuello. Esta era la primera vez que se invitaba a Soobin a su hogar, y el peso del momento flotaba en el aire.

Soobin, vestido con jeans oscuros y una camisa negra ajustada que acentuaba sus músculos. Nunca había Yeonjun visto lucir más hermoso, su habitual exterior sereno dando paso a un brillo suave y vulnerable.

Cuando Soobin entró en el apartamento, su mirada recorrió el cálido y acogedor espacio, observando las suaves melodías de jazz y la luz parpadeante de las velas. El aroma del perfume de Yeonjun permaneció en el aire, una mezcla dulce y embriagadora que llenó sus sentidos y aceleró su corazón.

"Qué encantador", murmuró, con voz baja y ronca de agradecimiento mientras seguía a Yeonjun a la sala de estar. "Tu casa es tan hermosa como tú, cariño".

Yeonjun se sonrojó ante el cumplido, sus dedos se movieron con la necesidad de extender la mano y tocar los rasgos cincelados de Soobin. "Gracias", respondió el, su voz apenas era más que un susurro. "Quería que todo fuera perfecto para esta noche".

Perfecto era quedarse corto, pensó Soobin, sus ojos bebiendo la vista de Yeonjun mientras el se movía con gracia por la habitación.

Yeonjun, sintiendo la mirada de Soobin, se volvió hacia él, con una sonrisa tímida jugando en sus labios. El acortó la distancia entre ellos y extendió la mano para descansar sobre su pecho. El toque envió una sacudida eléctrica a través del cuerpo de Soobin, su corazón latía con fuerza en su pecho como un pájaro enjaulado desesperado por escapar.

"¿Puedo darte algo para beber?"

Cuando Soobin asintió con la cabeza, Yeonjun pasó junto a él, sus curvas rozaron su brazo en un tentador susurro de piel sobre piel. El aire estaba cargado de tensión, el deseo tácito entre ellos era palpable mientras avanzaban juntos hacia la cocina.

Yeonjun tomó una botella de vino tinto y sus dedos rozaron los de Soobin mientras servía dos vasos. Sus miradas se encontraron, la conexión entre ellos crepitaba como un cable con corriente. El pulgar de Soobin rozó el de Yeonjun, provocando que un escalofrío recorriera su columna mientras le entregaba su vaso.

"Por una velada perfecta", brindó Soobin, su voz baja y ronca con promesa. Yeonjun chocó su copa contra la de él, sus ojos brillaban con anticipación mientras bebían su vino, los ricos sabores se mezclaban con el embriagador aroma.

Mientras el vino calentaba su sangre, Soobin se sintió atraído por la fascinante mirada de Yeonjun, la intensidad de su mirada lo dejó sin aliento. Dejó su vaso, su mano instintivamente buscó la de el y sus dedos se entrelazaron con los de el en una suave caricia.