MIA

161 20 6
                                    

Narradora

Después de sentir una muy extraña sensación en todo su cuerpo, cerro los ojos tratando de calmarse a sí mismo, aquella sensación tan extraña duro apenas unos segundos, hasta que sintió sus pies tocar suelo; lo que le pareció extraño pues estaba acostado, trato de abrir sus ojos pero una luz cegadora lo impidió, parpadeo un poco hasta acostumbrarse.

El brillo que lo había cegado provenía de aquella barras de ¿oro?, una hermosa reja que a pesar de jamás haberla visto, la reconoció al instante... eran las rejas de las puertas al cielo

-Hola que tal- miro a un costado y vio un ángel rubio -dime ¿recién moriste o eres un redimido?-

Miro de nuevo aquellas imponentes puertas... lo había logrado, después de tanto... lo había logrado

-Alastor, soy un redimido-

-Oh ya veo, a ver...-

Empezó a buscar en el segundo libro, uno que se actualizaba con los redimidos esperados

-Alastor! Sip, aquí estas... puedes pasar, bienvenido al cielo-

Las enormes puertas frente a él se abrieron, y una utopía se mostró ante sus ojos

-Camina todo derecho, el edificio al final hay ángeles encargados de los recién llegados- se despidió y las puertas volvieron a cerrarse detrás de Alastor

Con pasos cortos pero seguros fue caminando a través de aquella enorme avenida, miraba a cada lado con una pequeña sonrisa en su rostro, no podía evitarse sentirse maravillado ante aquel lugar, antes le hubiera desagradado mucho, pero él también había cambiado mucho

En una de las cristaleras por fin observo su apariencia, su piel volvió a ser morena como lo fue en vida, sus ojos eran rojos pero no tan intenso como antes, su vestimenta ahora blanca con dorado, un par de guantes blancos y su micrófono también cambio de color

En una de las cristaleras por fin observo su apariencia, su piel volvió a ser morena como lo fue en vida, sus ojos eran rojos pero no tan intenso como antes, su vestimenta ahora blanca con dorado, un par de guantes blancos y su micrófono también c...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Finalmente llego a aquella gran puerta y dudo si tocar o simplemente abrirla pues no escuchaba nada del otro lado, tomo aire y finalmente dio dos golpes cortos en la puerta

Después de unos segundos ambas puertas se abrieron ante él, dejando a su vista una enorme sala de espera, entro y la puerta se cerró suavemente a su espalda

Estaba nervioso y por ello jugaba un poco con sus manos mientras pensaba lo que debía hacer a partir de ahora, además de portarse bien claramente

Debía recibir aquella asesoría sobre cómo funciona el cielo, y tal vez podía pedirle ayuda al ángel que lo guiaría para poder encontrarla a ella, finalmente ya que sabría cómo funciona el cielo, si se usa dinero, trueques lo que sea, conseguiría lo necesario para invitarla formalmente a una cita, después de algunas semanas de salir finalmente le pediría...

-Tu eres el recién llegado cierto?- una dulce voz lo distrajo de sus pensamientos

Al levantar la cabeza por la vio, después de tantas separaciones, después de tantos problemas, después de tanto dolor, después de 2 años más... ella estaba frente a él. Alastor se paró y camino un par de pasos quedando más cerca de ella, quien también lo observaba sorprendida, incrédula, es decir ¿Alastor el temido demonio radio... él... se redimió?...

Eres tu... (Alastor y tu) Temp2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora