Las luces de neón, la música a alto volumen y aquella neblina provocada por el humo del tabaco, creaban el ambiente perfecto para las desoladas y lujuriosas almas que buscaban compañía en aquellos hombres que sin vergüenza danzaban sobre el escenario, seduciendo a todos los caballeros que anonadados observaban con billetes en mano, ofreciendo grandes cantidades con tal de llevarse a los mejores bailarines a los privados en busca de cumplir sus más bajas pasiones.
Como todos los fines de semana el lugar estaba repleto pero aún faltaba su cliente más importante, aquel por el que todos los bailarines ansiaban ser elegidos por tener fama de dar muy buenas propinas, aunque muchos aceptaban ir con él por el simple hecho de ser uno de los hombres más imponentes, apuestos y jóvenes entre todos. Pero era del conocimiento general que las cosas habían cambiado desde que el bailarín más cotizado, Kitty Gang, se había cruzado frente a su mirada, siendo él quien tuviese preferencia sobre todos.
Con semblante sereno, vistiendo un lujoso traje negro a juego con zapatos perfectamente lustrados y un imponente aroma a loción, King N se abría paso entre el gentío en busca de su más reciente debilidad, volviéndose de inmediato el centro de atención.
Su presencia no pasaba desapercibida, los clientes comenzaban a ofrecer más sintiéndose en desventaja y los bailarines por su parte, ejecutaban uno y mil movimientos en busca de seducirlo, llegando a despojarse poco a poco de sus prendas, aunque al moreno poco le importaba el escándalo que ocasionaba.
Sus pasos se dirigieron a una zona peculiarmente más concurrida, sabiendo que el causante de tal muchedumbre era ni más ni menos que su pequeña perdición. Tan pronto logró escabullirse entre los ansiosos hombres que exigían ser aceptados por el bailarín más erótico, King sonrío por primera vez en la noche, revelando sus característicos hoyuelos y quedando totalmente desarmado ante el sensual hombre que sin necesidad de mostrar mucha piel, tenía a todos bajo sus encantos.
Cabello teñido de rosa pastel, pantalones de cuero ajustados que marcaban a la perfección sus curvas, una playera de red que permitía ver con sutileza su torso y los pendientes que adornaban sus pezones, por último, una chaqueta con lentejuelas que generaban un espectáculo visual gracias a las luces propias del lugar.
Al igual que los demás, Noah miraba con deseo al pequeño bailarín, sus manos ansiando pasearse por cada curva de su varonil cuerpo aunque la diferencia era radical, ya que bastó que sus miradas se conectaran para que la complicidad adquirida con los días surgiera de inmediato.Una amplia y sincera sonrisa se marcó en el rostro del joven que sin apartar sus brillosos ojos del menor, caminó en su dirección, ignorando por completo a los demás clientes que con desespero sacudían los billetes que sujetaban sus sucias manos.
Orgulloso de llevarse el premio mayor, el moreno se acercó a la tarima, ofreciendo su mano al cansado muchacho que con un cortés movimiento de cabeza aceptó su ayuda. Con elegantes movimientos bajó hasta quedar de frente al más alto, ignorando las aún persistentes peticiones de los clientes.
— Señor King. —saludó lo suficientemente alto para ser escuchado. — Sáqueme de aquí, por favor. —agregó, siendo él quien tirara de la mano ajena para guiarlo hacia el área de los privados.
El fuerte volumen de la música se fue quedando atrás con cada paso que daban y cuando por fin consiguieron un lugar vacío, ambos entraron en completo silencio. El diminuto espacio no ofrecía más de lo necesario, un amplio sofá de terciopelo rojo frente a un minúsculo escenario y por supuesto, un tubo de pole dance.En el instante que la puerta se cerró, ambos buscaron contacto con el otro. El pelirosa se abalanzó sobre Noah con ansiedad, parándose de puntitas para rodear con ambos brazos en cuello ajeno, siendo correspondido con la misma vehemencia. Sus labios se unieron por fin, permitiendo que el deseo que ambos sentían fluyera con cada succión, jadeo y mordida que se propinaban.
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Pecado Nocturno
Fiksi PenggemarLos días habrían cobrado un nuevo significado desde que sus miradas se cruzaron y sus cuerpos se probaron. Como cada noche, Noah visitaba un concurrido burdel en busca de su más reciente perdición, un joven de cabello rosa, de estatura baja y unos l...