Locro.

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Miercoles en el país. Día de manifestaciones en la ciudad. Mañana de reuniones en la oficina.

María se estaba pasando todo su horario de trabajo corriendo de una punta a la otra, a diferencia de su rutina, en donde se quedaba sentada en su escritorio.

Los representantes de distintas organizaciones llegaban al edificio, con aire de elegancia y fragancia de doctorados. Una pintura un poco nostalgica para ella, al hacerle traer memorias de su carrera no terminada. ¿Por qué debía estar llevandole café a todo el mundo, cuando ella podría estar en ese lugar?

"Porque preferiste la plata rápida antes que el laburo constante, tonta" Se autocontestaba en su cabeza.

Y sin mencionar, que la mayoría de los congregados pertenecían a la tercera edad... y obviamente ninguno estaba al alcance de su vista.

En fin, a las 12 del mediodía -tan querido mediodía-, María atropelló los pasillos en su afán de salir corriendo a comer algo y a tomar aire.

-¡María!¡Esperá! ¡Te tengo que comentar algo!- su jefe gritaba desde su oficina.

La muchacha suspiró exageradamente, sin que este la viera, obvio. Al darse vuelta, mostró su mejor sonrisa.

-¿Si, señor Iglesias? Justo me estaba llendo a comer...

-Ya se, ya se- respondió él acercandose. -pero te tengo que comentar un par de planes. Así que mirá, hagamos así: vamos a comer, así me dejas de quemar con los ojos como lo estás haciendo, te cuento y después volves a tu casa.

Asintió con firmeza, gratificante ante la oportunidad de salir temprano.

.

Aunque el restaurante estaba bastante lleno, pudieron encontrar una mesa pegada en la ventana, por donde el jefe vigilaba su auto.

El mozo se acercó y les dió las cartas.

-Como almuerzo, la casa les ofrece locro hoy. - les comentó el joven, de unos 19 años.

A María le brillaron los ojos.  -¡Quiero eso! Con una botella de agua.

-A mí igual, por favor. -pidió el sr Iglesias.

El mozo se retiró con los pedidos, y los clientes pudieron retomar su conversación.

-Bueno, querida. Te cité para comunicarte sobre una serie de eventos que tenemos planeados con las marcas y demás apéndices de Manuel. -Un hilo de electricidad recorrió su cuerpo al oír tal nombre. - A los que obviamente debe estar presente.

Ella asintió. 

-Primero que todo ¿cómo está él?- preguntó con interés.

-Bien. Es sencillo, se acomodó facíl y está manejando el idioma, así que muy bien, diría yo. 

-Perfecto. No le va a causar ningún tipo de problemas estas convenciones entonces.

- ¿Y cómo sería la planificación? - indicó María un poco mas seria.

-Sisi, ahí vamos. El viernes es el primer evento. Es una fiesta de gala, algo tranquilo, pero muy elegante. Va a asistir mucha gente importante , por eso necesito que él este lo mejor posible.

-No hay problema, yo lo ayudo y demás, y lo dejo hecho todo un señorito francés- agregó ella con risa.

-Necesitamos que siga siendo alemán, María- respondió Iglesias con tono gracioso. -Sin embargo, creo que no estás entendiendo algo. - exclamó, ante la llegada de los platos de locro.

Sapo de otro pozo. || manuel neuer ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora