La promesa de un nuevo amanecer

Capítulo 18: Entre amigos

Capítulo 17 - Entre amigos

Harry se sintió aliviado cuando dejaron atrás a los dos elfos y la enfermería. Halbarad, Thurston y él caminaron por los pasillos antes de salir una vez más a la suave luz del sol. No estaba seguro de adónde iban los dos hombres y realmente no le importaba mucho, siempre y cuando no fuera otro bosque invadido por lobos o una enfermería invadida por hilos y agujas.

De hecho, no era ninguna de esas cosas.

Sus amigos simplemente caminaron una cierta distancia desde el gran edificio y eligieron un lugar apartado para sentarse en el césped. Los dos hombres hablaban en voz baja entre ellos, y de vez en cuando decían algunas palabras incoherentes a Harry en un tono amable y tranquilo.

Harry se sentó en silencio y los estudió con los ojos; los hombres aún vestían la ropa con la que habían venido a Rivendell y, por ensangrentada, desgarrada y sucia que estuvieran esas ropas (y los hombres que las vestían), sus amigos no mostraron ninguna intención de ir a la casa grande para refrescarse y cambiarse. . Por otra parte, el mismo Harry todavía estaba usando la camisa demasiado grande y desgastada por el viaje de Halbarad, no es que le importara mucho; la ropa adecuada nunca había sido una de las principales prioridades de Harry en la vida. Al parecer, a sus amigos tampoco les importaba mucho.

Halbarad realmente no parecía tener ningún dolor; sus ojos eran claros, su cuerpo relajado y su tono de voz era tranquilo. Thurston tampoco parecía demasiado preocupado, de hecho, el hombre estaba más tranquilo de lo que Harry lo había visto durante casi todo el viaje. El aire de vigilancia que todos sus nuevos amigos parecían tener todavía estaba allí, algo, pero mucho menos presente que cuando estaban en el camino, o durante su estancia en Bree.

Ver a sus amigos relajados así lo tranquilizó más que cualquier palabra. Así que Harry dejó que sus voces familiares y su sólida presencia lo invadieran y las cosas finalmente parecieron estar bien de nuevo. Claro, todavía estaba en un mundo extraño, en el cuerpo de un niño elfo, completamente indefenso sin su varita y sin forma concebible de volver a su propio mundo... Pero los lobos se habían ido, todos estaban a salvo, sus amigos. estaban aquí y estaban bien. Comparado con muchas de las situaciones en las que Harry se había encontrado, esta definitivamente no era mala.

Debieron haberse quedado allí durante al menos una hora antes de que Dunnere, Estel y sus hermanos se unieran a ellos con un gran almuerzo tardío.

Harry no pudo evitar sonreír, contento de que estuvieran todos juntos de nuevo.

Por extraño que parezca, la presencia de Elladan y Elrohir no disminuyó lo cómodo que era su pequeño picnic. Harry había pasado mucho más tiempo viajando solo con los cuatro hombres, y los elfos gemelos no le resultaban tan familiares como los demás, no solo porque no los conocía tan bien, sino también porque eran elfos y, a pesar de que Harry ahora era más o menos un elfo también, todavía le parecían extraños y extraños. Pero eran los hermanos de Estel y, lo que es más importante, habían luchado contra esos lobos junto a Thurston y Halbarad. Habían estado al lado de sus amigos en la batalla y los habían traído (en su mayoría) sanos y salvos. Para Harry eso fue suficiente.

Así que se relajó y, sentado entre Thurston y Estel, sintió una seguridad y una calidez que solo algunos raros momentos de paz con Ron y Hermione o con Sirius podían igualar.

Se quedaron afuera por horas, primero comiendo y hablando, luego riendo y bromeando y ahora, de alguna manera, Harry se encontró escondiéndose en un árbol de uno de los hermanos de Estel. No pudo evitar la risita que se le escapó cuando vio al elfo alto hacer un espectáculo de mirar a su alrededor en busca de él. Por lo poco que había visto de los elfos y por lo que él mismo había experimentado de su oído y vista mejorados, sabía que el tipo al que había dicho en broma que era más feo que su hermano idéntico sabía exactamente dónde estaba.