Nace una leyenda Johto

Capitulo 59

Arena de la ciudad plateada

Dos Pokémon resoplaron y resoplaron, ambos estaban cubiertos de cicatrices de batalla, pero ninguno estaba preparado para ceder ante el otro. Por un lado tenías al Majestic Milotic y al otro lado un Magmortar impetuoso. Ambos Pokémon habían estado intercambiando golpes durante las últimas rondas. Aunque Milotic tenía la gran ventaja de ser del tipo agua, fue sorprendido por el ataque de Magmortar Thunder.

Cynthia nuevamente estaba siendo llevada al límite, se enfrentaba a Zane, el mismo entrenador que Ash había derrotado en el Campeonato de la Liga Indigo, él ya había eliminado su Spiritomb, donde ella había eliminado su Dusknoir. "Espera, Milotic, sólo un poco más. ¡Usa Hydro Pump !"

El tipo agua echó su cuerpo hacia atrás y abrió la boca desatando una corriente de agua rápida que se estrelló contra Magmortar causando que el tipo fuego gritara y golpeara las barreras en el exterior de la arena.

El árbitro estaba listo y una vez que vio caer a Magmortar, izó la bandera en el lado del campo de Cynthia. "Magmortar no puede luchar, el ganador es Milotic, con ambos Pokémon eliminados, declaro ganador al entrenador azul".

Cynthia suspiró aliviada, había estado cerca pero ahora era dos contra dos, igual que Ash. Cynthia recordó su Milotic y luego abandonó el campo y se dirigió hacia los vestuarios.

Sede del Equipo Rocket Johto

En lo profundo de un laboratorio oculto, una figura somnolienta colgaba suspendida en el medio de la habitación. Sus brazos y pies estaban asegurados con pesadas cadenas y varios tubos también salían del cuerpo de la figura. La figura levantó lentamente la cabeza, su cabello plateado y desordenado colgaba suelto sobre su rostro. Su cuerpo se sentía entumecido e insensible. Los ojos de la figura se abrieron lentamente y se encontró cara a cara con varios científicos que lo estaban monitoreando, sus rostros estaban ocultos detrás de máscaras cuadradas. Todo lo que la figura podía ver era su reflejo en los distintos visores. Eberus intentó luchar con sus cadenas, sin embargo, su cuerpo se negaba a cooperar. También podía sentir que la energía de su aura estaba siendo descifrada nuevamente, debilitándolo aún más. ¿Se preguntó dónde estaba? ¿Y cómo había llegado hasta aquí? Poco a poco recordó todo, había estado viajando por Johto intentando encontrar al chico que se le había escapado. Sin que él lo supiera, lo habían vigilado y seguido de cerca. Se había colado en una vieja cabaña para pasar la noche. Recuerda caer sobre la vieja cama polvorienta y cerrar los ojos. Ahora que era un experimento de laboratorio, ¿quiénes eran estas personas? Más importante aún, ¿cómo habían pasado desapercibidos? Su aura debería haberlos captado en un instante, entonces, ¿cómo lo habían atrapado? Todas estas preguntas pasaban por su cabeza. Fue entonces cuando lo distrajo el sonido de una puerta de metal abriéndose, levantó la cabeza hacia el balcón para ver a un hombre de traje mirándolo. Al lado del hombre había un persa que ronroneaba bajo el toque del hombre.

Giovanni sonrió, esta pequeña mierda le había costado dinero y ahora era el momento de devolverlo, con intereses. "Eres una persona difícil de localizar a Eberus. Supongo que te estarás preguntando dónde estás exactamente. Desafortunadamente esa información permanecerá clasificada, pero te diré esto. Tú, mi muchacho, me has costado una gran cantidad de dinero. Aceptaste mi oferta ese día en que mi equipo te sacó del infierno, entonces no habría necesidad de todo esto, sin embargo, rescatar a mi equipo a quien atrapaste en tu celda me costó dinero, sin mencionar todos los sobornos que tuve. Así que es hora de pagar, y el pago, tu vida como mi sirviente eterno".