79. Lo que tiñe las sábanas

966 83 8
                                    

Lexy se despidió de sus padres desde la puerta de su nuevo hogar y tras besarles en la mejilla, los observó caminar por el campo abierto y la oscuridad de la madrugada. Esperó allí en silencio, abrazándose a ella misma producto de los escalofríos que sentía.

Si bien, ya le había dicho adiós en repetidas ocasiones a sus padres, este era un adiós diferente, un adiós que cortaba toda unión y que la mantendría como la mujer independiente que siempre había anhelado ser. Con un marido que sí la amaba y que la respetaba y con una vida que sí quería vivir.

De pronto recordó a su fastidiosa conciencia, esa que se encargaba de contradecirle todo lo que pensaba y deseaba.

"¿Por qué no estás fastidiándome?" —Pensó y arrugó el entrecejo cuando solo escuchó silencio a su alrededor. El canto de los grillos la mantuvo tranquila, también el rico sonido del viento que le sacudía el cabello y el vestido blanco que seguía usando—. "¿Acaso no tienes nada que decir?"

"No". —Respondió su conciencia y Lexy se alegró de escuchar esa vocecita de pito que muchas veces le había destruido los sueños—. "Estaba durmiendo". —Jugó y la joven se echó a reír en pleno campo abierto y se sintió extrañamente vigorizada—. "Volveré cuando te equivoques, cuando estés haciendo algo mal". —Siguió hablando su yo interno y Lexy asintió con la cabeza, mirando el cielo—. "Por ahora, hermana, estamos en paz. Que tengas una linda luna de miel y una linda venganza". —Respondió a las dudas de Lexy y desde allí, todo se quedó en completo silencio otra vez.

Lexy esperó a escuchar algo más, tal vez un consejo para esa noche de bodas y aunque sería un primer encuentro breve y cruel, pues se separarían en su primer día de casados, en el fondo sabía —y no tenía idea de cómo—, que todo estaría bien.

—¿No tienes frío? —preguntó Joseph caminando hacia ella para rodearla con una gruesa manta—. ¿Quieres beber algo caliente?

—Si bebo algo caliente posiblemente me desmaye de felicidad —respondió ella.

Y antes de que pudiera moverse para ingresar a su nueva casa, Joseph la levantó en el aire para atraerla a su cuerpo con dulzura y la cargó a paso lento hasta que el calor del interior de la propiedad les brindó tranquilidad.

Lexy se rio con gracia y descubrió que desde los brazos de Joseph todo se veía mucho mejor, incluso se le acababa el cansancio y las piernas se le llenaban de energía, tanta que de seguro podría volver a bailar como había hecho horas antes.

El hombre la llevó de manera inmediata hasta la cocina y la acomodó en una silla baja para brindarle comodidad. Le cubrió las piernas con la manta y le ordenó el cabello detrás de las orejas como tanto le gustaba.

Caminó alrededor del mesón con agilidad y encendió la estufa con simpleza, mientras empezó a preparar una sopa de verduras para su joven esposa. Él no tenía apuro, sabía que Lexy sería suya para todo lo que le restaba de vida y antes de perderse en su cuerpo como tanto disfrutaba, anhelaba atenderla y hacerla feliz, brindarle todo eso que merecía sin perder la hombría que lo caracterizaba.

—¿Quieres qué te ayude? —preguntó ella y por pocos segundos dudó si levantarse de la silla o no, pero su marido le dejó en claro que debía quedarse en donde estaba—. Si cocinas desnudo, podría abrigarme más rápido —jugó ella y Joseph se rio para acompañarla en tan divertida broma.

Pero la broma se convirtió en realidad en cuestión de segundos y tras agregar un par de huevos a la crema que se entibiaba con prisa, Joseph empezó a desnudarse frente a ella, convirtiendo en realidad ese primer deseo.

Lexy se impacientó y se irguió más animosa cuando el hombre se desabotonó la camisa y se quitó los pantalones con un ágil movimiento.

Se paseó frente a ella con la camisa abierta y con ropa interior ajustada. Una espátula de madera en la mano y una copa de vino en la otra. Y de pronto, la joven espectadora se descubrió de pie en la silla, sin manta y sin miedo e improvisó un sensual canto que acompañó con un pausado desnudo.

Siempre míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora