Sovieshu, se encontraba en la habitación de Navier, está le tenía que decir algo.
─Sovieshu...─ Llamo la atención del omega ─ Tengo que decirte algo... Mi hermano llegará en una semana. ─ Sovieshu asintió, su cuñado llegaría en una semana, tenía que preparar algo para el ─Oh, también otra cosa...
Navier dudaba si decirle o no, si lo ocultaba después se terminaría enterando.
─ Tengo... Una amante...─ El Omega miraba atónito, ¿Una amante?
─ ¿Cómo?... ¿Quién es?─ Al Omega le callo como balde de agua helada. Por alguna razón la marca en su cuello ardía.
─ Fue... Mientras estaba de cacería, se enredo en una de las trampas, se lastimó el pie... Ella está en el palacio...─ Navier se golpeaba mentalmente por decirlo como si nada.
─ Oh, entiendo... ¿Ella está bien?─ Preguntó, Navier asintió. ─¿Es todo lo que me tienes que decir?─ La alfa asintió ─Bien, me retiró... Tenga buenas noches emperatriz...─ Con eso salió de aquella habitación.
Camino a la suya manteniendo la mirada baja, llegó a su habitación, se sentó al borde de la cama; estaba ahí de nuevo, sentía como su cuello ardía, le dolía, sentía que se quemaba... Su lobo interior lloraba, con eso confirmo el rompimiento de lazo.
Pequeñas lágrimas amenazaban con salir, debía entender una cosa, su matrimonio era arreglado, no había amor, solo un posible cariño.
Sovieshu dejo las cosas como estaban, a lo mejor su "amante" era suficiente para ella.
Los siguientes días pasaron con normalidad, tuvo que acostumbrarse a eso, conoció a la Omega, era linda y dulce.
Se llamaba Rashta, se hizo buen amigo de ella, su marca poco a poco desaparecía.
Esperaba encontrar a alguien así como lo hizo su esposa la emperatriz Navier.
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Faltaban pocos días para que los invitados llegarán, Sovieshu y Navier se encargarían de dar el banquete.
Habían pasado dos días, a la mañana siguiente comenzarían a llegar los invitados.
Aquellos rayos de sol entraban tenuemente en la habitación del Omega, las cortinas de color crema evitaba que entrarán de más. El Omega en la cama se removió lentamente, parpadeo unas cuantas veces, se sentó en su cama, se estiro un poco antes de dar un bostezo, se puso de pie.
Se acercó a las ventanas para remover un poco las cortinas que las cubrían, habrio las ventanas dándose paso entre estás. Salió al balcón observando el día que lo esperaba, las aves pasaban, el viento golpeaba su rostro.
Se giró sobre sus propios talones para entrar en su habitación, se dirijo a tomar un baño para despertar muy bien.
Termino su baño, tomo una toalla que enredo en su cintura, con otra toalla seco su cabeza, después el resto de su cuerpo.
Se cambió por algo sencillo; un traje negro, camisa blanca, un chaleco color crema, de los hombros caía una especie de capa sostenida por una soga de color dorado (no se como se diga) la capa de color negra por detrás y color vino por delante, con algunos toques dorados en las mangas del saco, en los botones del chaleco, y un arreglo en el cuello color vino, el cuello del saco se encontraba sostenido por un accesorio de oro con una gema incrustada. Botas blancas con vino y decoraciones en dorado.
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