pathological people pleaser || Satzu

6.

Weird fishes/Arpegi – Radiohead

Why should I stay here?
Why should I stay?

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Minnie

Minnie había hecho una carrera de por vida al no molestarse del todo. No de una manera genial y recogida de "estoy por encima de eso", sino más bien de la manera de "he estado tan bajo como podrías ir". De la manera de "a la mierda, nada importa de todos modos".

Minnie había vivido con esta filosofía desde que tenía siete años y se dio cuenta de que su padre nunca la amaría y que su madre nunca hablaría, nunca la amaría lo suficiente.

Entonces, ¿qué pasaría si atravesara la vida saltando de un doblador hedonista e imprudente a otro? ¡Nada importaba de todos modos!

Nada había importado la mayor parte de su vida. Miró todas las cosas que le importaban a la gente normal, y no podía entender por qué lo harían. Escuela, carreras, sueños... Minnie no tenía ningún sueño aparte de traer tanta vergüenza a su padre como fuera posible.

Todo lo que hizo, lo hizo por despecho. Minnie comenzó a tocar el violín porque su padre dijo que no podría, que sus dedos no eran lo suficientemente rápidos o delicados. Entonces, había ido a ver a su madre, le había pedido lecciones y se había convertido en lo mejor que podía ser. No estaba segura de que le gustara tocar, pero le gustaba la mirada en los ojos de su padre cuando tenía que vivir con estar equivocado. A Minnie le gustaba saber que su nombre estaba pegado sobre carteles y programas, no se borraba tan fácilmente.

Cuando fue a estudiar música, fue porque su padre quería que se dedicara a la ley o a los negocios.

"Te has divertido", había dicho con dureza, "pero la música no es una carrera real. Nunca harás nada de ti misma. Te he permitido que te vuelvas loca durante demasiado tiempo, eso va a cambiar".

Minnie, por supuesto, en su misión de toda la vida de desatar a su padre, se había metido en el mejor programa de música que Londres tenía para ofrecer y se había reído en la cara de su padre.

Estaba acostumbrada a las cosas que no importaban, y a Minnie no le importaba mucho la escuela, aparte de demostrar que su padre estaba equivocada. Claro, a veces quería jugar, pero aun así, odiaba la mayoría de las piezas duras de los años que se veían obligados a practicar. Odiaba tocar la misma medida un millón de veces cuando ya sabía que la tenía perfectamente.

Luego, un día en el ensayo después de que una chica estúpida hubiera estropeado el ritmo de nuevo, Minnie había fruncido el ceño, y en medio de la habitación se encontró con los ojos de la pianista. La chica había puesto los ojos en blanco, parecía completamente disgustada por la falta de talento y la vida de Minnie probablemente había sido alterada para siempre.

"Ni siquiera sé cómo se metió en este programa", había murmurado Minnie mientras pasaba la pianista después del ensayo.

La chica había girado, levantando una ceja. "El dinero de papá, apostaría", dijo en seco.

"Hm", estuvo de acuerdo Minnie, encorvanando la cabeza. "¿Cómo te llamas?"

"No quiero hacer amigas".

"Bien", se burló Minnie. "Yo tampoco. Soy Minnie".

La pianista la escudriñó durante un segundo antes de suspirar. "sana".

"Estás bien, Sana".

"lo sé".
Y en realidad, eso fue todo. Eso fue lo primero que importó: Sana Minatozaki

Junto con Sana vino la segunda cosa, la más importante: Cho Miyeon.

A decir verdad, Minnie probablemente había estado enamorad de ella desde la primera vez que Sana la trajo a almorzar. Era callada, pero un poco mala, y muy protectora con Sana. A Minnie le gustó eso, quería abrir a Miyeon y averiguar qué estaba pasando detrás de su comportamiento estoico.

Sana fue la primera mejor amiga de Minnie, pero Miyeon era diferente. Siempre había algo especial entre ellas, desde la primera vez que Minnie se abrió un poco, ofreciendo más de sus diez palabras habituales. Existieron en una comprensión tranquila una de la otra que nadie más consiguió realmente. Sin embargo, al mismo tiempo, Minnie no creía que una persona la hubiera confundido más que Miyeon