*˚₊ ‧✧ℚ𝕦𝕚𝕞𝕖𝕣𝕒✧‧₊˚*

𝕃𝕦𝕟𝕒

La biblioteca no era el lugar favorito de la mayoría de los estudiantes, pero, esa semana sacrificaría horas de su valioso tiempo en estudiar para ese tedioso examen.
Solo tenía que encontrar el horrible libro que Hermione leía la semana pasada ¿Cómo era que se llamaba?

¿Transformaciones desarrolladas de primer grado? ¿Selección de transformaciones desarrolladas?

Sea como fuese; el forrado era marrón grisáceo y debería de estar en la sección de encantamientos.

Ron comenzó a buscar, pero al no distinguir el forrado se molestó. Todo sería una perdida de tiempo si no encontraba un libro de encantamientos que pudiera entender. Cada uno de los libros en la estantería tenían un número romano extremadamente largo en el torso y no se molestaría en abrirlos pues, de ante mano sabía que no le entendería.

Un poco adormilado por la derrota, tomo su mochila del piso; caminó a las mesas de estudio; saco su libreta y puso en marcha su segunda opción:

"Tratar de descifrar sus apuntes de clase y por nada del mundo pedir ayuda a la odiosa de Hermione"

Los garabatos ilegibles aumentaban la sensación de sueño, siempre pasaba por lo mismo. Falto de consciencia en sus actos, comenzó a cabecear.

—¿Te encuentras bien?—una niña con el rostro metido en un libro sentada en diagonal frente a él, lo cuestionó.

Ron levantó la cabeza rojo de pena, contestó con un sí, observó que la niña castaña vestía uniforme con corbata bermeja y dorada. La había visto en todas sus clases pero, no recordaba su nombre.

—Llevas bostezando un buen rato...¿Eso es para la clase de transformaciones?-preguntó de nuevo la niña.

—Sí, ¿tú también vienes para estudiar?—respondió Ron, tratando de recordar el nombre de la niña, ahora, con más ímpetu; ella podría ayudarle.

— Hace rato que terminé. Si quieres, te puedo ayudar— se ofreció la castaña con un sonrisa.

— ¿De verdad?

—Claro, no me molesta.

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Diana...

¡A qué no adivinas! Mi familia y yo nos iremos de vacaciones de verano a Egipto. Mí padre ha ganado el Galleon Draw y lo aprovecharemos para visitar a mi hermano mayor Bill, ya te había hablado de él, es él rompemaldiciones. Y tal vez, no debería hacerme ilusiones, pero me han prometido una varita nueva, con ello creo que este año me irá mejor y podremos hacer ese hechizo tan divertido juntos.
Esta carta no va a ser muy larga, ya que tengo que comenzar a armar mi baúl. Nos iremos dentro de dos o tres días, lo digo porque no podré responder tus cartas después de ese tiempo.

Ya te puse al tanto, ahora es tu turno:

¿Cómo estás? ¿Qué novedades hay? Ojalá pudiéramos vernos este verano, no me mal entiendas, me emociona ir de viaje, pero, no puedo dejar de pensar en que podríamos haber ido al callejón Diagon juntos.
Ginny también quiere agradecerte, creo que jamás terminará de hacerlo.
Mi mamá igual quiere verte, desde que le mencioné tu gusto por los tejidos y bordados no a dejado de hacer conjuntos similares a los míos; es igual de incómodo para mí, no tienes ni que mencionarlo.

Bueno, eso es todo.
O eso creo.

— R. B. Weasley.

Al terminar de leer su correspondencia, Diana, bajó a la cocina esperando encontrar a su padre desayunado; lo que anterior a recibir el correo, había dejado preparado para él, y en efecto, ahí estaba.
Su padre comía con desespero del bowl con gachas de avena; ya habiendo atacado los huevos duros y guisantes del plato plano y vacío.