Omega Boy

Gryffindor's Boy

•Universo Omegaverse.
•Hermione x Draco
(Hermione Alfa/Draco Omega).
•Universo sin Voldemort.
•Sin contenido R-18 y mención al embarazo adolescente.

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Draco era el Omega mimado de Gryffindor.

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Aquel era uno de esos días en dónde Draco se despertaba con las emociones subidas a todo color. Bastaba que le alzaran la voz un poco más allá de lo normal y se convertía en un charco de agua, o que le negaran un postre o abrazo y se enojababpara luego iniciar a llorar cual magdalena.

El embarazo había provocado un caos en sus hormonas y no era de extrañar que durante esos días, solamente permitiera que dos Alfas le tocasen; Hermione, su Alfa y Harry, su mejor amigo Alfa, demonios, ni siquiera los Slytherin podían tocarlo más de lo necesario... Relacionarse con los leones le afectaba severamente.

-Quiero un postre -había dicho de casualidad, en voz alta, estaba con Hermione y Harry en ese momento-

Ahora, Harry ayudaba a Draco a caminar lo más derecho que podía con un vientre de seis meses de embarazo. Hermione había embarazado al rubio de gemelos, y por lo que se veía, serían niños grandes, ya que el enorme vientre del Omega lo presagiaba.

Hermione había desaparecido corriendo hacia las cocinas en busca de algún postre para su precioso Omega, consciente de que hace menos de una hora habían desayunado.
Mientras que Harry cuidaba al Omega rubio hasta llegar a la sala común de Slytherin. Ya era común ver cómo ambas casas, Gryffindor y Slytherin, entraban a la sala común de los contrarios a base del embarazo de Draco, aquellos bebés serían capaces de convencer a las personas de ir en contra de sus ideales solo por ser hijos de Draco Malfoy, un manipulador si se le necesitaba.

-¿Cómo llevas el tema de las náuseas? -Harry estaba interesado en el tema del embarazo Omega, ya que, cómo Alfa, no les explicaban nada sobre el tema de la gestación en un Omega masculino-

-A medias, Severus me da pociones y Hermsi me trae cositas para comer y así no me duela vomitar...

El rubio había comenzado a llamar a su Alfa Hermsi a modo de burla, pero luego decidió dejarlo como abreviatura que solo él tenía permitido utilizar.

-Está enamorada de ti, de pies a cabeza -reconoció el azabache con algo de diversión-

-Mas le vale, no cargo a sus hijos solo porque si -respondió el rubio con desdén-

La relación de confianza con Potter se había incrementado bastante desde hace tres veranos atrás, ya que el azabache solía quedarse en Padfoot's y aquel verano en particular, luego de un divorcio caótico por parte de sus padres, Draco habia pasado la gran mayoria de las vacaciones en casa de Sirius, conviviendo con Harry casi todos los días. Un paso más adelantado en la futura relación de Granger y Malfoy.

Al llegar a la habitación del Omega, Potter dudaba en entrar ya que logró ver el nido del rubio. Sabía que un nido era un tema cerrado herméticamente para los Omegas y no deseaba que el embarazado se llegase a sentir vulnerado por otro Alfa que no fuera Hermione, sabía que si Draco recibía emociones demasiado fuertes, el embarazo se podria ver afectado.

-¿Y qué esperas? -preguntó el rubio con molestia- ¿Invitación o qué? Entra, necesito calor y tú eres un calefactor con patas.

Apenas el rubio habló, el azabache entró aún algo nervioso, luego de acomodarse en la cama, quedando sentado en el suave colchón y apoyado en la pared, por lo que el Omega pasó sus piernas por sobre las del Alfa y se acurrucó contra su brazo. Harry siempre solía tener un calor corporal más alto que los demás Alfas y aquella era una de las razones por las que Draco lo adoraba, casi tanto como a su propia Alfa.

Para cuando Hermione había llegado a la habitación del rubio, este y el Alfa hablaban sobre como el pequeño cachorro del Omega sería entrenado por ambos en cuanto a Quidditch se tratase, pero que más le valía a Potter no malcriarlo sin Draco presente.

-¿Leche asada? -preguntó la castaña depositando dos de los tres postres, que había mencionado, sobre la mesita de noche del Omega, para así entregarle uno a él-

El Omega prácticamente se lo había arrebatado de las manos y había comenzado a comer de inmediato, el embarazo tenía su horario de alimentación en el olvido. En otro instante, Draco se encontraría totalmente disgustado por la idea de comer tan pronto luego del desayuno, pero aún así, ahí estaba su Alfa dándole todo lo que pedía y más. Mierda, estaba por llorar, otra vez.

Ambos alfas se preocuparon al ver las lágrimas bajar de los ojos plateados de Draco, asustados de haber causado un desastre.

-T-te amooo... -habló el rubio entre hipidos, lanzándose a abrazar a Hermione, quien acarició su espalda en un intento de confortar a su Omega- Mucho, mucho. Y a ti te quiero demasiado, idiota.

Esta vez, fue el turno de Potter recibir un abrazo todo apretado de parte del embarazado, quien aún soltaba hipidos y se limpiaba las lágrimas con su manga.

-Yo también te quiero, princesa -respondió el azabache, acariciando el cabello del mayor-

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El Omega se encontraba acariciando el cabello voluminoso de su novia cuando esta le habló de un tema que ninguno había querido discutir.

-¿Dónde te quedarás para el parto? -preguntó con su voz tan neutra como solía ser- Quiero decir, en mi casa, mis padres están ansiosos de conocer al bebé y tus padres... Bueno.

-¿Lo odiaran por que es una aberración al legado familiar? -preguntó el rubio con burla- Hablé con Sirius, dijo que nos podemos quedar con él hasta que tenga mi parte de la herencia familiar, la tia abuela Walburga decidió dejar casi la mitad de su dinero para mí... Estaba demente, pero se le quiere, muy poco, pero bueno, total muerta ya está.

La castaña negó suavemente mientras soltaba una pequeña risa, el Omega siempre solía decir mil cosas de sus parientes, ya fuera que estuvieran vivos o muertos.

-Además -siguió Malfoy- empecé a ver casas cerca del campo, y hay una que se me hace particularmente hermosa. ¿Te gustan las flores, cierto? Porque el lugar tiene un campo precioso de girasoles, margaritas, lirios y rosas.

-Donde tú quieras vivir, yo te seguiré, mi amor -habló la Alfa, parándose derecha para luego besar al otro, siendo correspondida al instante-

El Omega tan solo alzó la vista y sonrió  para luego besar a la castaña.

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El llanto de Draco resonaba por toda la sala común de Gryffindor, causando el miedo de todos los presentes.
Las feromonas de Hermione eran de enojo y su mirada era tajante, demostrando que al que se le ocurriera hablar, ella lo golpearía.

—¡Me veo horrible! –gritó el rubio, soltando otra carga de lágrimas y feromonas pesadas– ¡Estoy gordo! ¡Parezco vaca!

La Alfa castaña se dedicaba a acariciar su espalda y besar su cabello en un intento de apaciguar el llanto del embarazado.

A los pocos minutos, Harry entró a la sala común, trayendo consigo la esperanza de todos los que estaban allí. Con suavidad dejó una canasta llena de dulces sobre la mesa y abrazó al Omega junto a Hermione, provocando una reacción en cadena.

Todos felicitaban al rubio por los bebés, alababan su belleza y lo mimaban tanto como se les permitía.

Draco era el Omega mimado de Gryffindor y todo el mundo dentro de Hogwarts lo sabía.