capitulo 3

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Foto de Kerem Aslan. 

BIANCA

Salgo de la oficina y al cerrar la puerta dejo salir un suspiro para alejar toda la tensión que siento, este jefecito no va a ser fácil de llevar.

Al llegar a mi nuevo escritorio me pongo a seguir con los asuntos pendientes.

Después de un rato timbra mi teléfono, es mi jefe para decirme que ocupa unos archivos, los busco y se los llevo, toco la puerta y escucho un adelante, paso y está concentrado en su computadora, le entrego los documentos y los toma sin siquiera levantar la mirada. Me quedo ahí parada para ver si quiere algo más y cuando siente que no me voy, me voltea a ver para decirme: 

Porque sigue aquí, ya se puede ir.

No me queda más que morderme la lengua para evitar que le diga unas cuantas palabras no agradables, el muy estúpido al parecer no sabe decir gracias, no le cuesta nada ser amable, aparte de amargado, también es ojete, una cualidad más que agregar a su personalidad, salgo de su oficina maldiciendo por dentro.

Llega la hora de la comida y decido llamarle para saber si saldrá a comer o quiere que le ordene algo para comer, me dice que, si él ocupa algo que él me llama y cuelga

En mi cabeza le digo: ¡estúpido, estúpido, estúpido!

No voy a dejar que el me amargue el día, así que tomo mi bolsa y bajo a buscar a Viana e Isamar para irnos a comer, tan solo verlas mi día mejora, este par de locas son mis amigas, sin ellas este trabajo no sería igual.

Isamar y Viana me preguntan que como es el jefe y les digo: es un arrogante, ojete y mal educado, se me quedan viendo sorprendidas ya que no suelo juzgar a las personas a la ligera, pero este se ganó el premio y ni siquiera ha finalizado el día.

Nuestra comida transcurre entre risas y chismes del fin de semana, lo más divertido es el relato de Isamar que nos cuenta que se quedó en la calle en pijama porque se le cerró la puerta al sacar la basura, ya me imagino,  a ella en su pijama de short con conejitos y recién levantada, nos dice que tuvo que esperar a que regresara su hermana, para poder entrar a casa, no cabe duda de que es la chica del 1% solo le pasa a ella.

Terminamos de comer y regresamos a la empresa, nada más al llegar a mi lugar y sentarme tengo a mi jefe frente a mí, al levantar la cara para mirarlo, me queda más que claro que esta más que cabreado.

Ni siquiera llego a decir una palabra para escucharlo gritarme: 

¡¡la quiero en mi oficina ya!!

Paso a la oficina caminando detrás de él y no sé porque esta así, se voltea y me dice: 

¿quién le dijo que se podía ir a comer?

Lo que me faltaba que me gritara, eso sí que no se lo pienso permitir, me levanto y le digo:

Mi hora de comer es de 2-3 eso está estipulado en mi contrato, en ningún momento usted me dio una indicación diferente ayer que hablamos  ¿ o sí?  

Se me queda viendo con cara de pocos amigos y antes de que vuelva a hablar le digo : 

Le voy a pedir de favor que no me vuelva a gritar 

Cuando le digo esto veo que se sulfura del coraje y me contesta: 

En mi empresa yo hago lo que quiero y si quiero gritar lo hago así de fácil

Si este piensa que me voy quedar calladita topo con pared, le contesto:

será su empresa pero usted ni a nadie le permito que me grite y me trate mal por más jefe que así sea

Noto la sorpresa en su mirada al pensar que no le daría replica, está acostumbrado a que nadie le diga nada.

En ningún momento nos dejamos de mirar lo cual le molesta pero veo como empieza a bajarle el coraje y veo algo de arrepentimiento en su mirada, al darse cuenta que se ha pasado, cuando habla lo hace más tranquilo , y cuál es mi sorpresa cuando me responde: 

tiene razón, le pido una disculpa no debí gritarle como lo hice

No se cual cara debo de haber puesto que presiona los labios para ocultar un sonrisa, cuando salgo del shock le contesto:

 no se preocupe acepto su disculpa 

y veo en su mirada algo de diversión al ver mi reacción, le comento que si ocupa algo urgente en mi tiempo de comida me puede decir con tiempo para cambiar el horario y así no haya problemas.

Aprovecho su cambio de humor y le pregunto que, si ocupa algo más o me puedo retirar, me dice se puede ir.

AMOR POR CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora