Capítulo 23

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La vida casi volvió a la normalidad después de que regresaron a casa. Volvieron al cole y a entrenar, aunque ahora la gente los paraba en los pasillos para felicitarlos. Personas que Kageyama ni siquiera conocía y lo hacían sentir incómodo. Sus almas gemelas se rieron de eso y le dijeron que se acostumbrara.

Se encontraba con Kunimi para tomar un café una vez a la semana, y Hinata se unía a ellos a veces. Las sesiones de estudio en su casa todavía continuaban y todos los que quisieran unirse estaban invitados. Cerca de la final terminaron siendo Oikawa, Iwaizumi, Hinata, Kageyama, Kunimi, Matsukawa, Hanamaki y Mad Dog-chan. El lugar parecía un salón de clases.

Kageyama iba a menudo a cenar a casa de los Oikawa y los Iwaizumi. Le había dado el regalo a Takeru y Oikawa había tenido razón, el pequeño no dejaba de hablar de él. Le hizo un montón de preguntas sobre el torneo, el armado y el servicio. Según sus padres, usaba su camiseta nueva todo el tiempo. Kageyama solo había sonreído ante eso, estaba feliz de que le hubiera gustado.

Siguió yendo a terapia y fue algo bueno. Hacia el final del año escolar empezó a sentirse muy ansioso otra vez. Estaba de mal humor y empezó a cerrarse como solía hacerlo. Sus almas gemelas se dieron cuenta de eso y le dijeron que al menos lo hablara durante la terapia, pero que no se cerrara a todos. Abrió con su psiquiatra y ella le dijo que se comunicara más. Para que los demás supieran lo que le molestaba. Así que una noche del fin de semana les dijo.

-Estoy nervioso por lo que pasará después de que terminen las clases - espetó repentinamente sorprendiendo a los demás. Estaban viendo una película, pero Kageyama no podía concentrarse en ello. Iwaizumi hizo una pausa y lo miró suavemente.

- ¿A qué te refieres Tobio? - le preguntó.

- Quiero decir... todos los senpais se estarían graduando. Mi equipo no será el mismo después de eso... y probablemente te mudarás a Tokio para ir a la Universidad. - susurró, jugueteando con sus dedos.

- En primer lugar, todavía no lo sabemos. Aún no hemos recibido ninguna carta de aceptación. - lo corrigió Iwaizumi.

- Y segundo, incluso si eso sucede, lo superaremos, Tobio-chan. Nos pondremos en contacto, como cuando hacíais vuestros viajes. Hay móviles y bonos, y no estaremos tan lejos. Siempre podríamos venir a visitarte y probablemente tú también irás. ¿Bien? - le explicaba Oikawa mientras agarraba sus manos y jugaba con sus dedos. Iwaizumi lo abrazó cerca de su pecho, mientras jugaba con su cabello.

- pero serán dos años. Y....y estarán juntos, pero yo...yo estaré aquí solo. ¿Y si...- nunca pudo terminar sus pensamientos porque Iwaizumi lo interrumpió.

- No, basta. Sé a dónde va esto. - lo besó suavemente - no vamos a olvidarte, ni de repente darnos cuenta de que con nosotros dos es suficiente. Nunca lo ha sido y nunca lo será. - ojos verdes fijos en los suyos- Te lo prometo, nunca más serán dos contra uno. Puede que estemos separados, pero siempre seremos nosotros tres, ¿vale? - susurró y lo abrazó. Oikawa se unió al abrazo para dejar claro que son ellos tres.

- Te extrañaremos todos los días y les contaremos a todos los presentes sobre nuestra alma gemela perfecta que volverá a patear traseros de águila en la cancha. - Iwaizumi se rió y Kageyama se sonrojó.

-Y sobre tu equipo, sí cambiará. Pero este equipo que tenías siempre estaría en tu memoria, y no sólo en la tuya, sino probablemente en toda la escuela. Este equipo hizo historia, puede que ya no jueguen juntos, pero siempre será tu equipo - le dijo Iwaizumi- además, estoy seguro que tus senpais se mantendrán en contacto contigo.

-Y el año que viene vendrán niños nuevos que querrán unirse a este increíble equipo y te llamarán senpai y te pedirán que les enseñes a servir - Iwaizumi golpeó la cabeza de Oikawa y Kageyama se echó a reír - ¡ittai! Pero, como eres mucho más maduro que yo, serás un gran senpai y les enseñarás.

De amor, dolor y almas gemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora