iv. i'm sorry

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❝i made a mistake and i'll tell you i'm sorry
"sorry"❞

- 21, gracie abrams

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⊹  ׁ݂  ꒰ 04. lo siento ˖ ࣪⊹౨ৎ

Timothée salió del ascensor con una mirada de desconcierto mezclada con preocupación

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Timothée salió del ascensor con una mirada de desconcierto mezclada con preocupación. Se acercó rápidamente al verme tambaleándome junto a Maxime.

— Cynthia, ¿qué te ha pasado? — escuché la voz de Timothée, tensa y preocupada. Apenas podía enfocar mis ojos en él. Todo se sentía borroso y desdibujado, como una mala película.

— ¿Qué me ha pasado a mí? — balbuceé, sintiendo cómo las palabras se arrastraban fuera de mi boca. — ¿Qué te ha pasado a ti, Timothée? ¿Quién es Margaret?

Vi su ceño fruncirse, su expresión cambiando a una mezcla de confusión y alarma. Su rostro, normalmente tan sereno, ahora estaba lleno de preocupación.

— ¿Margaret? — repitió, tratando de entender. — Margaret es mi prima, Cynthia. ¿Por qué preguntas?

Una risa amarga escapó de mis labios, pero rápidamente se convirtió en un gemido mientras una punzada de dolor atravesaba mi cabeza.

— Tu prima... claro — dije con sarcasmo, sintiendo la amargura en cada palabra. — Y por eso estás siempre con ella, ¿no? Porque es tu prima...

Sentí la mirada de Maxime sobre nosotros, pero estaba demasiado mareada y dolida para prestarle atención. Solo podía concentrarme en Timothée. Cada vez que pensaba en él con Margaret, sentía una punzada en el pecho.

— Timothée, creo que es mejor que Cynthia descanse. No está en condiciones de hablar ahora mismo — intervino Maxime, con su voz firme pero algo distante.

Timothée no apartó los ojos de mí. Sentí su preocupación traspasar cada fibra de mi ser, pero no podía dejar de pensar en las fotos que había visto, en las risas compartidas entre él y Margaret.

— Cynthia, escúchame — dijo suavemente. — Margaret es mi prima. Lo que viste no es lo que piensas.

Sentí mis ojos llenarse de lágrimas, la confusión y el dolor mezclándose en un torbellino dentro de mí. Quería creerle, pero las imágenes seguían bailando en mi mente, atormentándome.

— ¿Y qué se supone que debo pensar, Timothée? — sollozé. — ¿Por qué nunca me lo dijiste?

Antes de que él pudiera responder, mi estómago se revolvió violentamente y, sin previo aviso, vomité, apenas logrando girar mi cabeza a un lado. La vergüenza y la náusea se mezclaban en un cóctel horrible dentro de mí.

Timothée se apresuró a sostenerme, evitando que cayera. Maxime retrocedió un paso, claramente disgustado. Sentí la calidez de las manos de Timothée sujetándome, su fuerza y su ternura.

— ¿Ves lo que has hecho? — rugió Timothée, mirándolo con furia. — ¿Qué diablos le diste de beber?

Maxime levantó las manos en señal de rendición, su expresión era una mezcla de preocupación y defensa.

— No le di nada fuera de lo común — se defendió. — Ella insistió en beber más.

— ¡Deberías haberla cuidado mejor! — rugió Timothée, su voz cargada de ira. — Sabes que no está acostumbrada al alcohol.

Me sentía temblorosa y débil, intentando hablar pero sin poder articular palabra. Cada intento de explicarme parecía nublarse con el peso del alcohol y la emoción. Timothée me miró con una mezcla de ternura y preocupación, sus ojos verdes llenos de una profundidad que siempre me había conmovido.

— Vamos, Cynthia, te llevaré adentro — dijo suavemente, ignorando a Maxime por completo. Sentí cómo me levantaba con cuidado y me dirigía hacia la puerta del apartamento, cada paso un esfuerzo para mantener el equilibrio.

Maxime, claramente ofendido, nos siguió de cerca. Su presencia se sentía intrusiva, una sombra molesta en el borde de mi visión.

— ¿Y tú qué crees que haces? — le espetó Timothée cuando Maxime intentó entrar también.

— Sólo quiero asegurarme de que está bien — replicó Maxime, cruzándose de brazos.

— Ya has hecho suficiente — dijo Timothée con frialdad. — Yo me encargo de ella ahora.

Maxime vaciló por un momento, pero finalmente dio un paso atrás, levantando las manos en señal de rendición. Sentí una pequeña oleada de alivio cuando lo vi retroceder.

— Bien, pero si necesitas algo, estaré cerca — dijo, antes de girar y alejarse. Su tono dejaba claro que no estaba contento con cómo habían terminado las cosas.

Timothée me llevó al sofá y me acomodó con cuidado, buscó una manta y me cubrió con ella. La calidez de la manta y su presencia a mi lado empezaron a calmarme, aunque mi cabeza seguía dando vueltas.

— Estoy aquí, Cynthia — susurró. — No voy a ninguna parte.

Mis ojos se sentían pesados, y luchaba por mantenerme despierta. Quería seguir hablando, explicar todo lo que sentía, pero las palabras no salían.

— Timothée, lo siento... — murmuré, mi voz apenas un susurro.

— Shh, no pienses en eso ahora — me respondió. — Hablaremos mañana. Ahora solo descansa.

Mientras cerraba los ojos, sintiendo la calidez y seguridad de Timothée a mi lado, me invadió una sensación de paz. Él estaba allí, y por ahora, eso era suficiente. Pero sabía que al despertar, tendríamos que enfrentar todas las preguntas y dudas que aún colgaban en el aire. Por ahora, dejé que la oscuridad me envolviera, con la certeza de que no estaba sola.


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me muerooo 😭

i can see you. timothée chalamet ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora