Un pequeño secreto

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En una noche tranquila en la sede de los Cazadores de Demonios, Tanjiro y Tokito compartían una cena junto a sus compañeros después de una misión agotadora. La atmósfera era relajada y distendida, con conversaciones animadas y risas que resonaban en la sala común. Tanjiro, conocido por su espíritu amable y su determinación incansable, se sentía agradecido por la compañía y el apoyo de sus amigos.

Tokito, habitualmente reservado y concentrado durante las misiones, observaba discretamente a Tanjiro desde el otro lado de la mesa. Notó que, a pesar del cansancio evidente en su rostro, el pelirrojo seguía sonriendo y participando animadamente en las conversaciones. Una curiosidad inusual se despertó en Tokito mientras observaba a su amigo y Rengoku tiró un codazo al costado de Tanjiro y este soltó una risita involuntaria .

Después de la cena, mientras los demás cazadores se retiraban a descansar, Tokito se acercó a Tanjiro en silencio. "Oye, Tanjiro, ¿te importa si hablamos un momento?". Tanjiro, siempre dispuesto a escuchar a sus compañeros, asintió con una sonrisa.

Se dirigieron a un rincón más tranquilo de la sala, donde el murmullo de las conversaciones se desvanecía en el fondo. "¿Qué sucede, Tokito?", preguntó Tanjiro con curiosidad mientras se apoyaba contra la pared.

Tokito miró a su amigo con seriedad por un momento antes de hablar. "Durante la cena, noté algo interesante sobre ti, Tanjiro", comenzó, sus ojos azules examinando el rostro del pelirrojo en la tenue luz de la lámpara. "Cuando te tocaron los costados, te tensaste un poco. ¿Te molesta que te toquen ahí?".

Tanjiro parpadeó, sorprendido por la observación precisa de Tokito. "Ah, bueno, sí... tengo cosquillas en los costados", admitió con una ligera sonrisa incómoda. "No es algo que sepa mucha gente".

La expresión de Tokito cambió ligeramente, mostrando un brillo travieso en sus ojos que Tanjiro no había visto antes. "¿Cosquillas, dices? Eso suena interesante", dijo en tono juguetón, como si hubiera descubierto un nuevo y emocionante pasatiempo.

Antes de que Tanjiro pudiera reaccionar, Tokito se acercó repentinamente y comenzó a hacerle cosquillas en los costados con movimientos rápidos y precisos. Tanjiro, tomado completamente por sorpresa, dejó escapar una risa incontrolable mientras se retorcía en un intento desesperado por escapar de los dedos ágiles de Tokito.

"¡Ah, JajaajajajajaajjajajajajajajajaTokito, espera! ¡Parajajajjajajajajaajjaajaajjajajajajajajajajjajajajapor favor!", balbuceó Tanjiro entre risas, sus mejillas se tornaron rosadas por la combinación de vergüenza y diversión.

Tokito, sin mostrar signos de detenerse, continuó su ataque durante unos buenos minutos, para luego probar en otro lugar, y empezó a dar apretones en sus caderas, lo que provocó un chillido aún más fuerte y risas más incontrolables de parte de Tanjiro. "AHHJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJNOAJAJAJAJJAJAJAJJAJAAJAJJAJAAJAJJAJAAJAPAJSJSJSAJAJJAJAJAJARAAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAPORFa-JAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJJAAJAJAHHHJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!"Disfrutaba cada carcajada contagiosa de Tanjiro, encontrando un nuevo placer en el descubrimiento de una debilidad tan inesperada en su valiente compañero. " vaya , si que eres muy cosquilloso , quien lo imaginaria , me pregunto qué pensarán los demás si les cuento este pequeño secreto tuyo" tokito no solo estaba atacando sin piedad, sino también pequeñas burlas haciendo que tanjiro se sonrojara más y volviéndose más sensible.

Finalmente, cuando ambos estaban agotados y jadeantes por la risa, Tokito se detuvo y se apartó con una sonrisa satisfecha en su rostro. Tanjiro se apoyó contra la pared, tratando de recuperar el aliento mientras se secaba las lágrimas de risa de los ojos.

"Tokito, eso fue... inesperado", admitió Tanjiro entre respiraciones entrecortadas, su rostro aún iluminado por una sonrisa genuina.

Tokito asintió con una risa suave. "Lo siento si te si me pase, Tanjiro. Pero no pude resistir la tentación después de descubrir tu punto débil, ademas tienes una risa muy bonita", respondió con honestidad, sus ojos azules brillaban con diversión.

A medida que la risa se desvanecía, Tanjiro miró a su amigo con gratitud. "No te preocupes, Tokito. Es bueno saber que incluso tú puedes sorprenderme de vez en cuando", dijo con una sonrisa cálida.

Desde esa noche, Tokito y Tanjiro compartieron un vínculo aún más cercano, marcado por momentos de camaradería y complicidad.

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