En una pequeña universidad en el corazón de la ciudad, había un chico llamado Lucas. Desde el primer día en que la vio, se obsesionó con una chica llamada Sofia. Ella era inteligente, hermosa y tenía una sonrisa que iluminaba toda la habitación. Lucas se sentía atraído por ella de una manera que nunca antes había experimentado.
Cada día, Lucas encontraba una excusa para cruzarse con Sofia en los pasillos de la universidad. Intentaba hablar con ella, pero siempre se sentía tan nervioso que apenas podía articular las palabras. A pesar de sus intentos por acercarse a ella, Sofia apenas le prestaba atención. Esto solo aumentaba la obsesión de Lucas por ella.
Lucas comenzó a seguir a Sofia a todas partes. Observaba sus clases desde lejos, la esperaba en su salón de clases e incluso la seguía hasta su casa. Su obsesión por Sofia consumía sus pensamientos día y noche. Se pasaba las horas soñando con un futuro juntos, imaginando cómo sería su vida si finalmente lograba conquistarla.
Pero a medida que pasaban los días, la obsesión de Lucas por Sofia comenzó a consumirlo. Dejó de prestar atención a sus estudios, perdió el interés en sus amigos y familiares, y se sumergió por completo en su fantasía de estar con ella. Sus pensamientos se volvieron cada vez más oscuros y perturbadores.
Lucas comenzó a experimentar alucinaciones. Veía a Sofia en todas partes, escuchaba su risa en cada rincón de la universidad. Se convenció de que ella también sentía algo por él, a pesar de nunca haber intercambiado más que unas pocas palabras. Su mente se llenaba de conspiraciones y teorías sobre por qué ella no le correspondía.
La obsesión de Lucas por Sofia se convirtió en una verdadera locura. Comenzó a espiarla, a seguir todos sus movimientos, a recopilar información sobre su vida. Se volvió cada vez más paranoico, convencido de que alguien más también estaba interesado en ella y que debía protegerla a toda costa.
Un día, Lucas decidió declararle su amor a Sofia. La esperó afuera de su casa, en medio de la noche, y cuando ella salió, se arrodilló frente a ella y le profirió palabras de amor. Pero Sofia, asustada por la situación, lo rechazó rotundamente y se marchó corriendo.
La humillación y el rechazo de Sofia empujaron a Lucas aún más hacia la locura. Comenzó a tener pensamientos violentos, a planear venganzas contra aquellos que se interponían entre él y su amada. Su obsesión se convirtió en una espiral descendente de desesperación y paranoia.
Finalmente, un día, Lucas fue arrestado por acoso y comportamiento amenazante hacia Sofia. Fue llevado a un hospital psiquiátrico, donde pasó el resto de sus días lamentando su obsesión enfermiza por una chica que nunca le correspondió.
La historia de Lucas y su obsesión por Sofia se convirtió en una leyenda dentro de la universidad. Todos recordaban al chico que perdió la cordura por amor, y su trágico final sirvió como recordatorio de los peligros de la obsesión desmedida y la mente humana compleja.