En la oscura y solitaria noche, un grupo de amigos decidieron explorar una casa abandonada que llevaba años en ruinas. La casa se encontraba en las afueras de un pequeño pueblo, rodeada de árboles retorcidos y con una apariencia terrorífica que nadie se atrevía a acercarse. Sin embargo, la curiosidad y el aburrimiento los impulsaron a adentrarse en aquel lugar maldito.
Al entrar, pudieron sentir la presencia de algo siniestro en el ambiente. Las paredes estaban cubiertas de polvo y moho, las ventanas rotas dejaban pasar la luz de la luna que iluminaba débilmente las habitaciones vacías. El crujir de las tablas del suelo a cada paso hacía que los corazones de los jóvenes latieran con fuerza.
De repente, un ruido escalofriante resonó en la casa, como si alguien o algo estuviera arrastrándose por el suelo. Los amigos se miraron entre ellos con terror, preguntándose si debían seguir adelante o huir despavoridos. Pero la curiosidad y la valentía los mantuvieron en pie, avanzando lentamente por los pasillos oscuros.
Al llegar al baño, encontraron una escena macabra que los dejó petrificados de horror. En la bañera, se encontraba el cadáver mutilado de una mujer, con los ojos arrancados y la garganta cortada. La bañera estaba llena de sangre coagulada, y el olor metálico del líquido carmesí invadía el ambiente.
Los amigos empezaron a sentir náuseas y mareos, mientras intentaban comprender lo que estaban viendo. ¿Quién había hecho algo tan atroz? ¿Por qué el cuerpo de la mujer estaba en aquel estado deplorable? Las preguntas sin respuestas solo aumentaban su angustia y miedo.
De repente, una sombra se materializó en el baño, una figura oscura con ojos brillantes y una sonrisa malévola en el rostro. Los amigos gritaron de terror, tratando desesperadamente de encontrar una salida de aquel infierno. Pero la sombra los persiguió con una velocidad sobrenatural, riéndose con una voz gutural que helaba la sangre.
Corrieron por las escaleras, tropezando y cayendo en su afán de escapar de aquella entidad maligna. Llegaron al pasillo principal, solo para encontrarse cara a cara con la sombra, que los observaba con hambre de sangre y sufrimiento. Sin pensarlo dos veces, los amigos se separaron y buscaron refugio en diferentes habitaciones, esperando esconderse de aquella presencia infernal.
Pero la sombra los encontró uno a uno, desatando su furia contra ellos con una violencia sobrenatural. Los gritos de agonía y terror resonaron por toda la casa, mezclándose con el sonido de la lluvia que empezaba a caer afuera. Los cuerpos destrozados de los jóvenes yacían en el suelo, bañados en sangre y sufrimiento.
Y así, la casa abandonada se convirtió en testigo de una tragedia macabra y sin censura, donde la oscuridad y el mal reinaban sin piedad. La sombra siguió acechando en las sombras, esperando a que nuevas víctimas cayeran en su trampa mortal. Y nadie se atrevió a acercarse a aquel lugar maldito, donde el terror y la muerte se habían apoderado para siempre.