Descubrimiento

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ALEXANDRA COLLINS POV

Lo cierto, es que estos días, Madeline Orwell, se veía un tanto mejor, que a comparación de antes.

—Me alegra verte mejor —le dije de forma sincera.

—Gracias Collins. —respondió.

Posteriormente, seguimos con el trabajo de literatura. Y todo pareció mejorar.

—Y esa es la anécdota de porque mis padres me pusieron Alexandra —le dije a Madeline.

—Muy curioso —respondió ella.

—Sí —agregué—. ¿Y qué hay de ti?

—A mis padres, les gustó mucho el nombre de mi bisabuela.

—Oh, suena interesante —contesté. —Madeline... Es un nombre muy original e único.

—Gracias.

Sonreí y continuamos con el trabajo.

(...)

Madeline Orwell, era una caja de sorpresas.

Pero mentiría si dijera que no, le estaba cogiendo cariño por eso mismo.

—Saliendo de clases, ¿estás libre? —le pregunté. Salir con ella, se estaba volviendo algo más habitual.

—No, estoy libre. Podemos salir a...

—¡Esto es una emergencia! —apareció Harold. Un tipo, que era aficionado al mundo de los seres sobrenaturales. —¡Ya subieron un nuevo capitulo de la serie: »In Lost« y todavía, sigo aquí atrapado en clases. ¿Me pueden llevar a casa, alguna de las dos?

—Sobre eso... —empecé a hablar.

—No podemos hoy, disculpa.

Madeline Orwell, tiene muchas facetas.

Entre ellas, el ser amable.

Cosa que me sorprendió. Pues, a simple vista, no se puede apreciar esa característica suya.

—Oh, pero... No tienen muchas cosas que hacer —dijo él decepcionado. —Podrían ser mejores personas, ¿saben?

—Lo que no tenemos, es tiempo —dije yo, poniéndole un ultimátum—. Deberías ser más comprensivo.

—Ustedes son las que deberían ser más comprensivas, ¡es In Lost! ¡por Dios! La mejor serie del mundo.

Miré como Madeline Orwell, lo miraba con los ojos sombríos. Y antes de que yo pudiera decir algo, ella, me tomó de la mano. Y nos fuimos sin decir ni una sola palabra.

—¿Qué demonios? —farfulló él confundido y después, empezó a seguirnos—. ¡¿Son... Lesbianas?!

—¿Acaso eso importa? —inquirió Madeline.

—¡Pues si! —repuso Harold con ironía. —¡Las lesbianas son nefastas! Y ustedes... Me caían bien. Pero ya no. ¿En serio, son lesbianas?

—Ahórrate tus malditos comentarios —dije yo molesta. —No perdamos más el tiempo con él, Madeline.

Y entonces, jalé de su mano, y ella me miró sorprendida, pero respondió con un: "Okey".

***

Una presunta lluvia, azotó las calles del pueblo Hellwond.

Y entonces, una idea, surgió en mi.

—¡Ven, Orwell!

—¡¿A dónde vamos, Collins?! —me dijo ella, sorprendida.

—¡A divertirnos! —respondí yo, con una gran risa.

Y entonces, tome sus manos y empezamos a bailar al son de la lluvia.

—¡¿Pero qué haces?! —respondió Madeline entre risas.

—¡Disfrutar de la lluvia! —respondí yo divertida. —Momentos así, solo hay pocos, Madeline. Toma nota.

—Si, tienes razón.

Seguimos bailando al ritmo de la fuerte lluvia, dejando que nuestra ropa se empapará. Las manos frías de Madeline, ya eran algo característico de ella.

—¿Cómo te sientes? —le pregunté.

—Confundida, nunca había hecho esto en mi vida. Se siente...

—¡Achú! —y de pronto, estornudé.

Madeline me vió incrédula y después se rió.

—Después de todo, sigues siendo humana. Ven, vamos a tu casa.

Entramos a mi casa, y ya sabía, yo que nada iba a ser normal.

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