DIX-SEPT.

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Aeri no pudo ni hablar porque ya tenía una Yizhuo jalándola del brazo a un lugar que ella no tenía ni idea, pero no se quejaba

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Aeri no pudo ni hablar porque ya tenía una Yizhuo jalándola del brazo a un lugar que ella no tenía ni idea, pero no se quejaba.

Sonrió mientras se dejaba guiar, viendo a la pequeña pelinegra que jalaba su brazo.

Yizhuo sólo la había jalado y la estaba guiando a su departamento porque eso que había pasado en la llamada le había dejado con ganas de más. Quería probar por completo a la mayor; después de que le dijo esas palabras y colgó estaba lista, más que segura, que Aeri estaba segura de tener sexo con ella en ese jodido momento.

Y sus sospechas aumentaron más mientras sentía que Aeri caminaba a su par, sonriendo, y susurrando algunas palabras que Yizhuo no alcanzaba a distinguir.

La pervertida peliazul iba diciendo algunas cosas para calmarse que eran; partes que necesitaba para armar su mecha de colección. Pinzas, lentes, dinero, mecha, computador, dinero, más dinero, los mechas eran caros.

Arrugó su nariz cuando sintió que habían entrado a algún elevador, y volteó a ver a Yizhuo, que estaba frente a ella, viéndola ansiosa. Mordía sus labios, arqueaba sus cejas, y suspiró, hasta que notó cómo la menor se estaba frotando contra su rodilla.

Pequeños gemidos salían de su boca, sus manos aferrándose a su nuca, Aeri sintió cómo el bulto que sus pantalones se empezaba a formar ya dolía.

Sus manos se dirigieron a la cintura de la otra para verla fija, abrió sus ojos y relamió sus labios, lista para hablar.

—¿Tendremos sexo hoy?

—¿Por qué susurras? Sólo estamos nosotras dos. —la mayor sólo vio el elevador abandonado, y frunció su ceño.

—Ya llevamos mucho aquí, ¿No? Parece que estamos subiendo al piso 90. —sólo hizo que Yizhuo volteara a ver los números, y que luego riera algo nerviosa, riendo alto y separándose para volver a ella.

—Fue porque no presioné ningún botón, oh Dios, esto de estar caliente me pone algo estúpida. —sintió cómo la mayor se paró detrás de ella, la abrazó por la cintura, y sintió ese bulto duro en su trasero.

Se volvió a frotar.

—Creo que también me pasa a mi, quiero pensar en otra cosa pero el tenerte frotándote contra mi me hace volver a la tierra. —besó su mejilla y Yizhuo ladeó su cabeza para hacer que sus labios se encuentren, sintió la pierna de la mayor meterse entre sus piernas y sus manos en su cintura.

Iba a volver a frotarse hasta que las puertas se abrieron y tuvieron que separarse para poder parecer normales. Giselle respiró con regularidad y se separó de ella, invitándola a pasar, y la pelilila sólo pasó, sacando las llaves de su departamento para poder entrar lo más rápido posible.

Estaba sonriente hasta que notó que su celular comenzó a vibrar, y lo abrió viendo los mensajes, haciendo a la peliazul pararse detrás de ella y verla con curiosidad. No iba a ver los mensajes porque era algo de Yizhuo, así que sólo la vio a ella con un rostro neutro.

ice cream ★ ningselle G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora