Se podría decir mil cosas sobre el escenario que llevaba viviendo Fushiguro desde hace probablemente más de una hora.
Yuuji lo llevaba como un perro.
El pelirosa tomaba su mano felizmente llevándolo de lado a lado obligándole a jugar con él. Subiéndose a las montañas rusas que el lugar brindaba y sorprendentemente el que vómito no fue Itadori, fue Fushiguro. Su miedo a las alturas le ganó en todos los sentidos, pudo jurar que en la bajada vió a Dios y eso que aseguraba que no creía en el mismo.
Itadori estaba completamente encantado con el día de hoy, normalmente le gustaba la compañia del azabache pero justamente ese día podía asegurar que estaba feliz, feliz con él.
Porque Megumi era el mejor amigo de Yuuji.
¿Verdad?
—Vamos Fushiguro! Juega uno de esos! Quiero el gallo rosa!
—Itadori...
El azabache miro con pena al de cabellos rosados, quién emocionado miraba los pequeños puestos en aquel parque donde podían jugar para tener premios, uno de estos, era un juego de pegarle con pistolas a un señuelo y ese realmente, no era el problema, el verdadero que problema era que, normalmente los animales que vendían en estos tipos de lugares tendían a durar menos que una persona en la cama.
Pero aún así, lo jugo, suspirando. Evidentemente, no gano intencionalmente, dramatizando su pérdida.
—No, Itadori! Soy muy malo en esto! —Sollozó brevemente el azabache, llevando su mano hasta el hombro de éste.
Itadori frunció su ceño como si estuviera triste dejando caer su cabeza en el hombro contrario, soltando quejidos sin parar.
A pesar de que los demás los vieran raro, Megumi no podía ni siquiera prestarle atención a aquello, sintiendo la respiración pesada de Yuuji en su hombro, se quedó congelado mientras la calentura subía a su cara sonrojada.
Ojalá Yuuji viera de la misma forma a Megumi.
—¿Me comprarás algodón de azúcar?
Preguntó, el pelirosa, alzando su mirada curiosa sin entender por qué Megumi se encontraba de tal forma, mirando a los lados con la cara completamente roja.
—¿Qué pasa, Fushiguro? ¿Te sientes mal? —Preguntó preocupado, llevando su mano a cada parte de su cara —¿Quieres ir al hospital?
—E-eh?! ¿Qué? Aléjate, por favor..
Soltó Fushiguro sin siquiera pensar, su cara estaba con un intenso carmín, podía sentir sus mejillas calientes y como su corazón estaba al borde de estallar, eso no era solo enamoramiento si no también calentura.
—¿Es por eso que Nobara nombró que no te gusta el afecto? ¡Perdón!
Yuuji no pudo evitar bajar su cabeza, era literalmente un perro regañado esperando a que su amo le perdonase por tal acto que acabó de cometer.
—¡No! Este... No me molesta si se trata de ti, no es así, de verdad, te juro que no, discúlpame.. ¡Creo que necesito agua!
Dijo para comenzar a huir, corriendo y de a paso dejando a Itadori atrás, buscando algún lugar dónde el oxígeno le llegue nuevamente y no se sienta tan sofocado, como lo era hace un momento con Itadori.
—¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con Yuuji?
Una voz se escuchó a la lejanía, que luego se acercó hasta él, tomándolo de la camisa.
Era Kugisaki.
—¿Debería?
Y quien venía con ella, era Maki. Las dos se miraron a los ojos aterradas enteramente, pues vaya que el secreto no les duro nada.
Yuuta iba a matarlas.
—Eh.. no lo sé, todos tomamos como.. ¿Grupos? Pensé que estarías con él.. —Maki dijo de forma jocosa, las pequeñas risas nerviosas no pasaron por alto para Fushiguro.
Pero no se daría la mala vida de averiguarlo en ese instante, debía volver con Itadori.
Simplemente las miró y les dijo que iría por él, comenzando a caminar a paso suave a donde anteriormente estaba y en el camino, comprándole un par de dulces en algún kiosco que se encontró.
Pero no lo encontraba ¿Dónde estaba?
Comenzó a caminar de forma más exasperada en todos los lugares y como si un balde de agua con hielos se tratase. Lo encontró.
Con Yuko Ozawa.
Sus manos comenzaron a temblar, dudoso ante saber si acercarse era correcto o no. Su uña comenzó a rascar lentamente su pantalón, suspiró, es solo su amiga ¿Verdad?
Se acercó lentamente tocando un poco el hombro de Yuuji, ignorando enteramente la presencia de aquella mujer.
—Te traje dulces! —Comentó con el tono más amable y cuerdo que podía.
Se olvidó de todo sentimiento malo cuando la sonrisa ensanchada de Yuuji apareció en toda su cara.
Megumi Fushiguro había hecho feliz por una vez a Itadori Yuuji.
Eso era lo que se revoleaba en su cabeza, no había cerebro, solo esas palabras repitiéndose de lado a lado en su vacío cráneo, como si de una mariposa se tratarán.
El literalmente podía hacerlo perder la cabeza, el corazón, podría arrancarselo solo si él quería y entregárselo sin un apice de remordimiento.
Aquella sonrisa era todo y lo sabía, estaba completamente enamorado de él, lo podía tener comiendo de su mano, podía usarlo, hacer lo que quiera con él y no le importaría porque sería alguien feliz a su lado. Su corazón lo determinaba, sus ganas de llorar de felicidad por simplemente hacerlo sonreír era más que suficiente para saberlo.
Estaba loco por él.
En cambio, Itadori se encontraba más que feliz.
Sentía que podía ser cada vez más amigo de Megumi, como hermanos, lo conocía tanto que le encantaba su dinámica juntos.
Aunque no podía decirle algo como eso a Todou o Choso, jamás, probablemente pelearian con él.
Recibió los dulces, bastante feliz, le agradeció simplemente con un breve..
—Muchas gracias Fushiguro! Eres mi mejor amigo.
Sus ojos achinados, más su sonrisa denotaban la inocencia en aquellas palabras.
Y esas mismas palabras fueron las que hicieron que Megumi pusiera nuevamente, sus pies en la tierra.
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Line Without a Hook - Itafushi
Fanfiction"Oh, baby, I am a wreck when I'm without you" Megumi está completamente enamorado de Yuuji. -No se aceptan copias ni versiones alternas sin el permiso del autor.